La oposición ha optado por una campaña de no confrontación pese a los insultos oficiales, la violencia experimentada en una reciente manifestación y el alboroto nacional por el cáncer del presidente Hugo Chávez, dijo su jefe de estrategia.
«Nosotros no vamos a salir del tono y de la conducta nuestra», dijo Armando Briquet, coordinador de la coalición Unidad Democrática, que representa el candidato Henrique Capriles y que busca derrocar a Chávez en las elecciones de octubre en el polarizado país petrolero sudamericano.
«Este es un Gobierno que sabe insultar, pero no gobernar (…) No vamos a entrar en el combate», agregó.
«Si el Gobierno estuviera tan seguro de sí mismo, ¿dedicaría tantas horas a atacarnos?», se preguntó Briquet, sentado en una oficina en la sede de campaña de la oposición.
El jefe del comando opositor dijo que Capriles, gobernador del estado Miranda, que incluye parte de Caracas, ha mostrado sus credenciales en asuntos que cuentan, como la educación, la salud y la construcción de viviendas.
«Este es un Gobierno que no puede atacar las ideas que estamos planteando, la gestión que estamos construyendo. Lo único que le queda es tratar de recurrir al peor de los recursos políticos que es el ataque personal, la difamación personal», agregó.
Briquet, un abogado de 41 años y ex seleccionado venezolano de natación, ha estado trabajando con Capriles desde 1999 y es parte de una nueva camada de jóvenes líderes y activistas que le ha arrebatado el control de la oposición venezolana a la vieja guardia, desacreditada por luchas internas y sus flojos resultados electorales contra Chávez.
La salud del mandatario -quien necesitará de una radiación después de su última cirugía en Cuba, donde permanece en estos momentos – ha obligado a sus aliados a salir a las calles y atender concentraciones masivas en las que se asegura que Capriles pondrá fin a todos los planes de ayuda del Gobierno.
Briquet, que ha subido su perfil en los últimos días hablando en nombre de la oposición mientras Capriles continúa su campaña «puerta a puerta» por el país, dijo que el incidente dejó al descubierto uno de los principales problemas de los venezolanos.
«En una hora de tiros al aire (…) no se acercó ninguna autoridad», dijo Briquet del incidente en un barrio de Caracas, cuyo alcalde, Jorge Rodríguez, es su homólogo como jefe de campaña de Chávez.
«Los venezolanos salimos todos los días a la calle y no sabemos si regresamos. Todos los habitantes nos hemos tenido que acostumbrar a sobrevivir en un país donde el riesgo de muerte por violencia está a la vuelta de la esquina», agregó.
Capriles ha sido cuidadoso al referirse a la salud de Chávez, deseándole una pronta recuperación pero evitando la especulación o el triunfalismo sobre lo que la enfermedad podría significar para la oposición.
La oposición, sin embargo, es crítica de la falta de transparencia del Gobierno en un tema que está en boca de todos los venezolanos.
«Como se maneja la enfermedad del presidente es un ejemplo de cómo se quiere manejar el país, donde solamente él informa, donde más nadie dice nada, donde la gente no es capaz de contar la verdad de lo que está pasando», comentó Briquet.
Consultado sobre una encuesta reciente que le da a Chávez una intención de voto del 52 por ciento frente al 34 de Capriles, Briquet respondió sacando a colación documentos que muestran previsiones anteriormente incorrectas de la encuestadora local Hinterlaces.
Los críticos dicen que el comando de Capriles, que tiene como lema «trabajar, no hablar», no ha entregado los suficientes detalles de políticas específicas en áreas complicadas, como la industria del petróleo y la forma de controlar la tasa de inflación más alta de América.
Capriles dice que mantendría lo mejor de las populares políticas de bienestar de Chávez y sólo desmantelaría gradualmente medidas controvertidas, como el control de precios y la moneda, además de las nacionalizaciones, que van desde granjas hasta refinerías de petróleo.
«El presidente es un rival fuerte, pero el rival más fuerte es vencer la inflación que el presidente no ha podido vencer. El reto más fuerte es darle la tranquilidad y la seguridad al país que el presidente no ha sido capaz de dar», sostuvo.
«Tenemos enemigos muy claros: los problemas que vive Venezuela», agregó.