Según el texto el objetivo del programa social no es resolver el problema habitacional de los venezolanos sino generar una impresión mediática de un trabajo que no está siendo realizado.
Comunicado
El lanzamiento de la llamada Gran Misión Vivienda Venezuela a principios de 2011 llamó la atención sobre el grave déficit habitacional que sufren los venezolanos. En particular, la nueva iniciativa buscaba una solución rápida para los damnificados de las lluvias recientes que habían quedado distribuidos en refugios a lo largo del país. Lamentablemente, el entusiasmo y la esperanza se tornaron en desilusión y frustración de un pueblo, que ha sido inescrupulosamente engañado por un gobierno, cuyo interés no es resolver los problemas, sino dar una impresión mediática de un trabajo que no está haciendo.
La meta de la Misión Vivienda para el año 2011 era de 153.000 viviendas en todo el país. Abultaron las cifras, incorporaron en sus estadísticas las viviendas construidas por el sector privado y aquellas que fueron reparadas por el Poder Popular, que contaron como “nuevas”. Aun así, no pudo el gobierno permitirse la desfachatez de declarar cumplida la meta. De este modo, la Misión Vivienda estrenó su primer año quedándose corta, exhibiendo la construcción y entrega de poco más de 140 mil viviendas, aunque los cálculos más creíbles hablan de la construcción de unas 60 mil en realidad. La meta para 2012 es mayor. Se trata de 200.000 viviendas prometidas, por lo cual ya deberían estar listas más de 13.000 que no se ven por ninguna parte.
La Gran Misión Vivienda Venezuela ha sido una estafa y un fracaso. Pensada como la solución para los damnificados, se calcula que cerca de 100 mil venezolanos siguen habitando refugios temporales en los que son víctimas de la violencia y de todo tipo de crímenes y vejaciones. No dan las matemáticas de un gobierno que cacarea la entrega de 144 mil viviendas mientras intenta esconder refugios a reventar.
Sabiéndose rebasado por promesas que es incapaz de cumplir, el gobierno ha intentado evadir su responsabilidad y enfrentar a los ciudadanos planteándoles que un grupo de venezolanos es responsable de que otro grupo no tenga vivienda. Así, ha promovido y dado rienda suelta a las invasiones de terrenos y viviendas en una acción absolutamente irresponsable y deplorable. Estas acciones son, en sí mismas, la mayor admisión de fracaso de la política de viviendas gubernamental. Pretenden hacer por la vía de la fuerza y de la violencia lo que no han podido por la vía de la construcción y entrega de viviendas.
Le mintieron al pueblo. El gobierno que menos viviendas ha construido en la historia democrática de Venezuela se ve atrapado en su laberinto de ineficiencia. Lo que alguna vez fue calificado por el ingenio popular como la “Misión Maqueta” hoy parece dar paso a una “Misión Pantalla” que busca, mediante la propaganda, ocultar la terrible realidad de un sueño roto para miles de venezolanos y la desesperanza de quienes apostaron por una solución al grave problema de la vivienda. Así, y ante la ambigüedad de sus personeros y ministros, se oyó al Presidente Chávez, desde Cuba, manifestar su satisfacción por los “avances” de la Misión. Están determinados a hacer con la cuña, el jingle y la cadena lo que no han podido hacer con cabillas, cemento y trabajo.
La Mesa de la Unidad Democrática rechaza la burla que ha sido la Misión Vivienda a las familias venezolanas y sus terribles derivados: las invasiones, confiscaciones sin sentido, la siembra de odios, la división y peleas entre venezolanos y la violencia. Más aún, nos comprometemos con cada uno de los ciudadanos en buscar una solución real al grave déficit de viviendas que nos han dejado 13 años de inacción y fracasos y el acumulado de las deudas del pasado.
Pondremos en marcha una nueva Política de Desarrollo Urbano y Vivienda capaz de superar la crisis del sector, partiendo de un Marco General de Políticas Públicas que garanticen su viabilidad y sostenibilidad en el largo plazo. Este marco pasa por la reinstitucionalización del sector y por el establecimiento de un sistema integrado de planificación territorial y urbana que unifique los planes de uso del suelo y de transporte, concertada con todos los actores que a la par de garantizar procesos efectivos de participación restituya la plena competencia de las autoridades regionales, metropolitanas y municipales en materia de desarrollo territorial y urbano.
Todo esto en el más absoluto respeto a la propiedad privada como pilar fundamental del desarrollo armónico del país y el reconocimiento al trabajo y esfuerzo de los venezolanos.
Venezuela tomará irrevocablemente la senda del progreso a partir del 7 de octubre. Con la elección de Capriles Radonski daremos respuesta seria, eficiente y responsable al déficit habitacional que sufren los venezolanos. Unidos, hay un camino para la superación del problema de la vivienda y para vivir y progresar en paz.
