Un proyectil de fusil le causa la muerte a la quinta víctima durante manifestaciones en Lara

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Eyker Daniel Rojas Gil (20), fue asesinado a las 9 de la noche de este miércoles en la carrera 15 con calle 61, zona oeste de Barquisimeto. Por su muerte testigos del hecho y familiares responsabilizan a funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).

 

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Avisaron de protestas

Los comerciantes y residentes de la carrera 15 comentan que desde hace semanas los jóvenes de la zona vienen cerrando algunas vías en modo de protesta en contra del Gobierno Nacional, el lunes lo hicieron y este miércoles también por lo que muchos vendedores decidieron cerrar temprano.

Algunos cauchos fueron atravesados en la calle 59 con carrera 15 y les prendieron fuego a eso de las 7 de la noche, aunque ya desde las 5, los jóvenes estaban en la calle.

Según relataron los familiares de Rojas Gil, este miércoles se encontraba en su casa ubicada en la calle 61 con carrera 13 y a pesar de que sus hermanos le dijeron que no saliera porque la situación estaba violenta y por la zona rondaban los colectivos, este no hizo caso, fue catalogado como un muchacho terco y salió con otro hermano de 19 años para la calle.

Eyesnay Salas, estaba afuera de la morgue del Hospital Antonio María Pineda, tomaba un poco de agua y junto al resto de sus seres queridos aguardaba por la entrega del cadáver de su hermano. La dama suspiró y dijo que era primera vez que en la familia atravesaban por una situación similar.

La muchacha explicó que eran cerca de las 9 de la noche cuando su hermano salió y al poco rato de hacerlo llegó corriendo su vecino, quien vive a un lado de la casa, avisando que le habían disparado a Rojas Gil.

Salas comenta que sabía que habían manifestaciones por la zona, pero su hermano no estaba en ella. Asegura que iba pasando por el lugar cuando funcionarios reprimían a un grupo de manifestante y fue alcanzado por un   proyectil.

El joven herido fue recogido por personas que se encontraban en el lugar y lo trasladaron al Seguro Social Pastor Oropeza, en donde ingresó sin signos vitales.

Rojas Gil era padre de un niño de 8 meses, segundo de seis hermanos y se ganaba la vida trabajando como técnico de celulares y los fines de semana se iba a los mercados para vender ropa intima.

Atacados por la GNB

Residentes de la zona y testigos del hecho que se acercaron al lugar, entre ellos algunos de los jovencitos que se encontraban la noche del miércoles, comentaron que ellos estaban manifestando, algunos encapuchados, veían como los Guardias Nacionales se acercaban en modo intimidante. Fue lanzada una bomba lacrimógena, por ello detonaron algunos cohetes hacia los militares y posteriormente comenzó un enfrentamiento donde además de perdigones salieron a relucir armas largas en manos de los castrenses, específicamente fusiles Kalashnikov, que según los allí presentes, fueron disparados en contra de los manifestantes.

Uno de estos proyectiles fue a dar en el pómulo izquierdo de Rojas Gil, derribándolo inmediato y causándole una herida de gran dimensión.

Los testigos de la zona que no se atreven a identificar, manifiestan que los muchachos tendrían intenciones de atacar la sede del Gran Polo Patriótico (GPP) ubicada en la calle 61 con carrera 16 y los funcionarios de la GNB que se encuentran allí destacados, fueron los que accionaron sus armas para evitar el daño a las instalaciones. Así mismo indican que los manifestantes cargaban consigo bombas molotov, las cuales lanzaron hacia los guardias, pero además ratifican la versión de los manifestantes al indicar que los castrenses dispararon con armas.

Se pudo conocer que la versión que dan los castrenses es que los manifestantes se acercaron a la zona con intenciones de atacarlos. Para el momento en la unidad móvil, se encontraban tres funcionarios que fueron apoyados por otros tres que estaban en las instalaciones del GPP, asegurando que tan solo se usaron cartuchos contentivos de polietilenos, además de las bombas lacrimógenas.

Uno de los militares de forma extra oficial aseguró que el grupo era al menos de 40 personas y que algunos estaban armados, relató que en la zona se acercó un vehículo blanco, el cual observó un poco lejos y por ello no distinguió características, pero si llegó a ver que disparó en contra de los presentes y fue en ese momento cuando se dispersaron las personas del lugar.

Confiesa que se enteraron que había un herido porque una vecina les dijo e indican que no vieron caer a ese joven.

Así mismo revelaron, que es el tercer ataque que reciben por parte de manifestantes, situación que fue corroborada con los vecinos, el primero fue el 10 de abril, una alteración del orden público pequeña, pero aseguran que las del 19 de abril e incluso las de este miércoles eran más organizadas.

Otros testigos  relataron que después que se calmó todo y las calles quedaron solas, los militares salieron a recoger las conchas que quedaron regadas en la vía y las lanzaron hacia una iglesia mormona que se encuentra en la zona.

 

Bajo investigación

Este es el quinto hecho sangriento, en donde es asesinado un larense durante manifestaciones. Por este crimen fue notificado en horas de la madrugada el Eje de Homicidios de la zona Sur, trascendió que los uniformados estaban desde la 1 en el sitio del suceso. Al lugar se hizo presente Carlos Muñoz, Fiscal 21 del Ministerio Público, con competencia en Derechos Fundamentales.

Tras hacer minuciosas revisiones por parte del Cicpc, se hizo la revisión del cadáver el cual fue trasladado hasta la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda a las 4 de la madrugada.

La mañana de ayer se procedió a realizar la autopsia y se corroboró que la herida provino de un fusil, según informantes del centro asistencial, además se logró extraer el proyectil del cuerpo de la víctima.

Una vez culminado la revisión médico legal en la que estuvo el Fiscal 21, Cicpc y miembros de la Unidad Criminalísticas Contra la Vulneración de Derechos del Ministerio Público, se fueron nuevamente al lugar de los hechos y se hizo la inspección y recolección de evidencias.

En el sitio fueron conseguidas 9 conchas de proyectiles que aparentemente fueron disparados de un fusil, siendo el calibre 7,62.

Se conoció que fueron colectadas tres en la calle y seis dentro de las áreas comunes de la iglesia mormona. Así mismo se observaban rastros de cohetes, botellas partidas, y mechas que al parecer fueron usados en motolov.

Todos los elementos fueron recavados por los organismos presentes.

Hasta ahora no existe un pronunciamiento alguno por parte del Ministerio Público, pero por el rumbo que han tomado las primeras experticias y lo que declaran algunos testigos, se presume que los 6 funcionarios de la GNB que estaban la noche de este miércoles serán sometidos a investigación.

 

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