Según autoridades del sector salud del estado Lara, no es descabellado pensar que algunos medicamentos pueden mantener sus propiedades por un tiempo mayor al que está estampado en los empaques, el estipulado; no obstante, esto va a variar dependiendo de la composición y los principios activos de cada fármaco.
“Un laboratorio debe garantizar que el producto permanezca estable dentro del rango terapéutico establecido, que no sufra alguna transformación. Por eso siempre las empresas fabricantes van a poner una fecha de vencimiento anterior a la fecha real.
Basados en ello podemos decir que cualquier medicamento que esté vencido todavía tiene un período donde hará efecto (…) Viendo la crisis existe la posibilidad de consumir un producto vencido si no ha transcurrido un período muy largo”, declaró a EL IMPULSO el presidente del Colegio de Farmaceutas del Estado Lara (Cfel), Mario Graterol.
Sin embargo, recomendó no ingerir, aplicar o inyectarse medicinas que superen el tiempo de existencia determinados por el laboratorio por más de tres meses. En cualquier circunstancia debe consultar con un médico antes de hacerlo.
“Hay medicamentos que pueden durar un año manteniendo el mismo rango terapéutico, otros pierden potencia, y algunos pueden pasar a ser tóxicos (mortales)”, advirtió. Esto dependerá de las formas de elaboración y los componentes de cada producto.
Varios son los agentes que influyen en la estabilidad del fármaco luego de su distribución, entre ellos, la temperatura y humedad de conservación, así como la exposición al sol.
Mientras más altos sean los niveles de humedad, mientras más elevada sea la temperatura y el tiempo de exposición a la luz solar, más riesgos corre un fármaco de desestabilizarse.
“Nosotros éticamente no podemos recomendar un medicamento vencido porque tenemos que acatar al lapso establecido por el productor que hace un estudio y garantiza que hasta cierta fecha el fármaco es completamente estable; no va presentar deformación, oxidación o pérdida de efecto (…) Pero sí, todo farmacéutico coloca una fecha muy anticipada a la real para garantizar el éxito y evitar cualquier complicación de salud”.
En este sentido descartó que esto se haga para buscar aumentar las ventas.
Antibióticos más propensos a dañarse
Graterol reveló que los productos provenientes de un ser vivo o de un derivado sintético son los más delicados con su vencimiento, es decir, los antibióticos.
“Con proteínas como la insulina, sí debe respetarse la fecha de vencimiento porque tiene procesos -como la cadenas de frío-para evitar que se pierda la estabilidad del producto”.
Expuso que la presentación farmacéutica (en tableta, jarabe o pomada, por ejemplo) no influye en demasía para el mantenimiento de la estabilidad del medicamento.
Por su parte, los analgésicos forman parte de la gama de medicamentos que resisten más tiempo de lo establecido.
“Sabemos que estamos en una crisis pero lo más recomendable es consultar al médico. Los cambios de medicinas o cualquier otra decisión debe hacerse bajo recomendación médica (…) Nuestro trabajo es garantizar que los venezolanos consuman un producto que esté al 100 % de su capacidad, no uno que no sea capaz de hacer el efecto terapéutico necesario”.
Seis meses después de la fecha de vencimiento
Durante los últimos años en el estado Lara no se ha presentado caso alguno de intoxicación por consumo de una medicina vencida, informó a EL IMPULSO el director sectorial de Salud en la región, Ruy Medina.
Sí se han visto intoxicaciones medicamentosas, pero ninguna debido al vencimiento de lo ingerido.
A su juicio, pueden utilizar medicamentos hasta seis meses después de pasada su fecha de vencimiento.
“Muchas veces lo tomamos porque no nos damos cuenta y a veces porque no tenemos más opción. Sabemos que la mayoría han tenido efecto deseado, incluso hasta seis meses después de la fecha de expiración”.
En relación a ello, recordó, que desde el Ministerio de Salud hubo un pronunciamiento entre finales de 2015 y principios de 2016, para confirmar que existen esos seis meses de gracia para las medicinas vencidas porque “en los depósitos del Servicio de Elaboraciones Farmacéuticas (Sefar) se encontraron con “una enorme cantidad de fármacos viejos que mandaron a analizar para no perderlos y los resultados fueron positivos”.
Pendientes con las “bachaqueadas”
“Si los venden sellados, como vienen de la fábrica, íntegros y sin ninguna alteración, son confiables, aunque esté vendido por bachaqueros”.
Así se pronunció sobre la compra de medicamentos revendidos el doctor Medina. No obstante, reconoció que es un gran riesgo para la salud y la vida, puesto que en una ocasión falleció un paciente en el Hospital Central Universitario Antonio María Pineda de Barquisimeto tras ser inyectado con anestesia adulterada. Se presentaron entre cuatro y cinco casos similares en otros estados de Venezuela.
“Culparon a los anestesiólogos pero después la compañía analizó y se dio cuenta que venía adulterado de Colombia, en donde lo habían comprado”.
Por ello recomendó ser considerablemente quisquilloso al adquirir medicinas “bachaqueadas”, especialmente a ser detallista con las condiciones del empaque, el cual está destinado a conservar la esterilidad del producto.
Estas prácticas deben ser denunciadas de inmediato, para que las personas que comercian con la salud de los venezolanos sean castigadas con el peso de la ley.
