Lo que resta de 2017 está marcado por la incertidumbre, sostiene el politólogo Yosbert Vásquez, quien proyecta que los próximos meses seguirán siendo de mucha conflictividad social, incluso, advierte que esta conflictividad tiende a acentuarse en tanto que los problemas políticos se sobreponen a los de la ciudadanía.
A su juicio, el Gobierno nacional terminará su mandato en 2018, sin duda, en las peores condiciones de credibilidad y aceptación, con los niveles electorales más bajos, pero concluirá el próximo año. Esto significará una derrota política para la coalición de partidos.
Cómo termine la oposición este 2017 dependerá de las decisiones que tome próximamente.
“No es la primera vez que la Mesa de la Unidad transita por un fracaso o que produzca cierto descontento en las masas. Hemos visto como se recupera y resurge pero todo depende de las decisiones”.
Agrega que una proyección simple es que la MUD pudiera desarticularse por presiones sociales, incluso, para posibles elecciones regionales, el Consejo Nacional Electoral (CNE) podría sacar del tarjetón a la coalición por no haberse conformado como una organización política, en consecuencia, los partidos tendrían que participar con su propia tarjeta o crear una instancia distinta a la que conocemos hoy. En síntesis, la MUD debería tomar decisiones oportunas y pertinentes a fin de reorientar sus acciones, de lo contrario, está destinada a desaparecer.
El Gobierno: Intimida, hostiga y atemoriza a la sociedad
Vásquez aclara que una cosa es la elección de los candidatos a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) y otra la ejecución de la misma.
“El ciudadano cree que ya se instaló y tiene poderes absolutos, cree que no hay más nada qué hacer. La MUD tampoco aclara que la ANC debe cumplir con el referendo aprobatorio. Como tampoco dice que mientras no exista una nueva Constitución la del 99 está absolutamente vigente”.
Si bien se desconoce cuánto tiempo se llevará la redacción del nuevo pacto social infiere en que ese era uno de los puntos que debió hablar la MUD y no lo hizo.
Cualquiera sea el tiempo que eso se tome indudablemente tendrá que pasar por el aprobatorio.
Según Vásquez no existe posibilidad alguna de que se apruebe esa nueva Carta Magna ni siquiera modificando las circunscripciones electorales porque se trata de una elección general y nacional. El Gobierno perdería el aprobatorio.
En otro orden de ideas puntualiza que no sorprenden las acciones contra Leopoldo López y Antonio Ledezma, quienes fueron encarcelados nuevamente.
“Es la continuada de una operación psicológica por parte del Gobierno para intimidad, hostigar y atemorizar a la sociedad.
La única lectura es justamente infundir temor desde la coacción por parte de un régimen nada tolerante con la disidencia”.
La oposición: La MUD dejó pasar un momento de oro
Vásquez observa una ruptura en el hilo conductor de las acciones que puede tomar la MUD.
Explica que en estos meses ha quedado claro que las protestas sin dirección política no son más que una bandada de muchachos haciéndole frente al comportamiento característico de la Guardia Nacional. Tomar la calle sirve para elevar las emociones pero no debilita al Gobierno porque carecen de orientación.
Indica que tal ruptura demanda a la dirigencia nacional orquestar acciones en todos los niveles (regional y local) por tanto que el comportamiento político de cada estado y zona es diferente. Reitera que no se puede depender exclusivamente de la dirigencia nacional y el G4 (VP, PJ, AD y UNT).
“La MUD está debilitada y si no toma decisiones de reorganización, que se visualicen en un plan de acción, seguramente quedará liquidada”.
Aclara que si bien unidad no significa un mismo hilo discursivo es necesario un punto de encuentro para desplazar a Nicolás Maduro.
El talón de Aquiles de la MUD es que no logra concatenar sus aspiraciones para la obtención del poder porque privan las aspiraciones naturales de los actores.
Añade que la coalición nunca ha tenido una agenda política. Las decisiones son producto de las emociones de la ciudadanía; es una “agenda” sobre la marcha de lo que ocurre.
“Una agenda tiene un punto de inicio y un punto de cierre y en medio una planificación que involucra a todos los actores. Sobre todo tiene un fin bien determinado”.
Destaca que hoy en día la MUD no sabe si medirse en regionales, concretar el gobierno de unidad nacional o de transición que se consultó en el plebiscito o buscar una salida a través de la confrontación.
“Si se tratase del gobierno de unidad nacional este no está definido aún porque existen agendas particulares. En esa búsqueda por posicionarse la MUD pierde el norte como estructural electoral que quiere hacerse con el poder. Tales agendas muestran que no hay un plan nacional. La MUD dice no estar al tanto de tales particularidades pero pensar eso es ingenuo porque algunos partidos negocian de espaldas al ciudadano. Por estas acciones también se pierde el control de la calle, que debe seguir pero de manera responsable porque no es marchar de una esquina a otra, tiene que haber táctica y estrategia, no es marchar por marchar”.
Para el entrevistado es notorio que ni siquiera existió una agenda parlamentaria, sobre todo cuando la MUD estaba fortalecida, por lo tanto, es difícil pensar que hoy tenga una agenda política cuando se aprecia debilitada.
Cree que la MUD perdió un tipo de oro para la estocada definitiva.
“En política, las decisiones que no se toman en el tiempo indicado no sirven para nada. La MUD volvió a fracasar y ha vuelto a frustrar a la gente”.
Sanciones: La salida no es a través de la comunidad internacional
Otro punto que ha desatado múltiples opiniones tiene que ver con las sanciones por parte de la comunidad internacional en claro rechazo a la ANC.
Pero el especialista expone que tales sanciones no son para el país, son para el funcionario del Gobierno nacional y eso no nos afecta como nación, no inciden en el desarrollo o deterioro de la vida pública.
Señala que lo que sí pudiera tener incidencia son las decisiones diplomáticas. El desconocimiento al presidente Maduro por parte del presidente de EEUU pudiera implicar la derogación de tratados internacionales, convenios, intercambios comerciales, entre otros.
“Eso implicaría un proceso de aislamiento muy peligroso. Cuba entró en un proceso de estancamiento político y económico que repercutió en lo social ya que depender solo de las potencialidades nacionales te limita”.
Aunque dichas acciones diplomáticas sí podrían afectar, no es la primera vez que EEUU hace ese tipo de declaraciones. Durante el gobierno de Chávez varios episodios llegaron al punto de la amenaza diplomática pero ninguna se concretó.
Advirtió que la MUD y la ciudadanía tienen que dejar de pensar que la salida es a través de la comunidad internacional.
“No existe experiencia alguna en ninguna parte del mundo que la comunidad internacional le haya solventado los problemas a otro país. Ni la OEA ni la ONU tienen potestad jurídica y política para cambiar el rumbo de una nación por un principio del Derecho Internacional relacionado con la autodeterminación de los pueblos. Pueden opinar y orientar, inclusive sancionar, pero ello no significa que el país acate”.
Elecciones regionales: Una decisión compleja
Luego de la ANC vuelve al tapete el tema de las elecciones regionales.
Vásquez recuerda que tales comicios están retrasados por lo cual deben efectuarse, de esa manera lo establece el histórico nacional. De esta manera podría recuperarse una democracia que está visiblemente deteriorada.
“Estratégicamente, las regionales debilitarán aún más al Gobierno que hoy en día perdería no menos de 20 gobernaciones”.
El politólogo recalca que si bien durante la Constituyente del 99 no se celebraron elecciones en este contexto sí tendrían que realizarse por cuanto el CNE, por dictamen del TSJ, determinó que podían darse de manera simultánea. El que se haya instalado una Constituyente no significa que tenemos otra Constitución, ello no se ha ejecuta, reitera.
“Los espacios políticos significan recursos y quitarle 20 gobernaciones al Gobierno repercutirá en sus capacidades financieras y acciones partidistas para las presidenciales”.
Menciona que posiblemente el Gobierno ante el temor de perder ese número de gobernaciones diga que vamos a referendo aprobatorio si los partidos aceptan las regionales, también pudiera pedir culminar su período en 2018 a cambio de las regionales, aunado a que baje la intensidad en las calles.
“Es una decisión compleja para la MUD porque si participa tiene oportunidad de alcanzar otros espacios de poder pero también es un riesgo para el propio sector político por el descontento que generará en la sociedad, que reclama la salida inmediata del Presidente de la República, esa fue la promesa pero no se cumplió con ello ni lo cumplirá. Si deciden no participar, el descontento también se mantendrá y el Gobierno seguirá tenido las mismas gobernaciones”.