Desde 1965 cuando egresó de la Universidad Católica Andrés Bello como economista, José Toro Hardy siempre ha estado ligado al estudio del petróleo y sus políticas, en especial en Venezuela.
Membro principal del directorio de Pdvsa entre 1996 y 1999 y director de la Corporación Venezolana de Fomento entre 1969 y 1973, lamenta que en los últimos años se implantó en Venezuela una política petrolera errada y desbastadora.
Escucha a Nicolás Maduro decir que se reunirá con los países del Medio Oriente para llegar a un acuerdo a fin de recortar la producción del petróleo para que así comiencen a subir los precios y piensa que siguen los desaciertos desde el Gobierno. “Los Emiratos Árabe y Arabia Saudita no quieren recortar la producción petrolera si Rusia no lo hace”, comenta en conversación telefónica con EL IMPULSO.
Y es que el viaje del presidente de Pdvsa, Eulogio Del Pino, parece estar condenado a no dar resultados. Tendría buenas reacciones en visitar a la monarquía saudita, Emiratos Árabes Unidos y Rusia, pero el mayor obstáculo que tiene Caracas es Irán, que busca ganar espacio en el mercado petrolero mundial tras el levantamiento de las sanciones internacionales en su contra por su programa nuclear y al parecer por ningún motivo estaría dispuestos a bajar su producción que actualmente es de 2.9 millones de barriles diarios, suficientes para proveer al mundo durante todo 2016, según expertos en la materia.
Toro Hardy agrega que un recorte mundial del crudo estimularía las inversiones tecnológicas en Estados Unidos para producir petróleo esquistos bituminosos (petróleo no convencional que se extrae de los esquistos que son rocas sedimentarias arcillosas). “Con un recorte todos los países pierden porque Estados Unidos cuenta con la producción de ese tipo de crudo; hoy por hoy los estadounidenses son menos dependientes del mercado internacional y pudieran serlo aún más si se activan estas inversiones para ampliar la producción de ese petróleo. El buen momento de Washington ha llegado al punto de levantar la prohibición de exportar petróleo que llevaba 40 años vigente; y hace poco hasta le vendieron 500 mil barriles a Venezuela, por primera vez en la historia”.
A esto se suma que actualmente Estados Unidos tiene la mayor reserva de barriles de petróleo en su historia cercana a los 700 mil millones, en cavernas ubicadas en ciudades como Oakland, en el estado de California y otras. Ante esta realidad el gran perjudicado es Venezuela, que históricamente ha sido el socio petrolero de ese país. Además Estados Unidos tiene actualmente una producción de 8.5 millones de barriles diarios. Pero Estados Unidos también tiene los mayores yacimientos de petróleo esquisto en el mundo.
Entre sus recuerdos más agradables están las épocas en la que un tanquero venezolano zarpaba de las costas nacionales cargado de crudo hacia las costas de Estados Unidos (llegaba en tres días). Ese tanquero descargaba el crudo en terminales venezolanos, (32 en total). Luego se transportaba a través de gasoductos y ductos venezolanos hasta las refinerías venezolanas porque ocho de las más grandes de ese país eran venezolanas y la gasolina producida se vendían al ciudadano americano a través de 14 mil estaciones de servicios venezolana que eran de Citgo. “No exportábamos crudos sino que producíamos gasolina y controlábamos 10% del mercado estadounidense. Actualmente no podemos hacerlo porque solo contamos con tres refinerías de las ocho que teníamos y muchos de esos gasoductos y terminales ya no son nuestros”, explica.
De las 14 mil estaciones de servicio, solo unas tres mil son de Venezuela actualmente. Hoy un tanquero que sale de la costa tarda 45 días para llegar a China, donde no hay una refinería venezolana, se debe pagar para refinar y comprar petróleo liviano para disolverlo con el crudo pesado venezolano, que no cumple con los requerimientos del país asiático. “Dejamos de percibir una cantidad enorme de dólares, pero lo peor es que se incrementaron los gastos de operación, por la lejanía del actual socio y por la falta de infraestructura para el tratado del crudo en Asia”.
Lo que no se hizo
Toro Hardy cree que Venezuela nunca aprovechó las ventajas comparativas que tenían que ver con petróleo y energía. Considera que se debió desarrollar aguas abajo todo lo que tenía que ver con petróleo. “Debimos crear una amplia industria petroquímica, pudiéramos estar abasteciendo productos petroquímicos, como fertilizantes y el resto de la gama para lo cual el petróleo y el gas sirven de materia prima”.
Venezuela, comenta con orgullo, tiene un territorio maravilloso que le valió el nombre de Tierra de Gracia. “Hemos podido desarrollar el turismo, no es que tengamos mejores playas que los otros países en el Caribe, pero disponiendo del petróleo como capital para desarrollar adecuadamente esa ventaja, teníamos para construir un paraíso turístico”.
A las industrias de Guayana se le pudo sacar un mayor provecho, según Toro Hardy. “Era necesario desarrollar todo lo que nos daba Guayana, no solo lo que tuviera que ver con acero o aluminio, sino elaborar los productos como derivados, pero nos conformamos con el acero y el aluminio como materia prima”.
La otra tarea que quedó pendiente fue el sector tecnológico. “Estábamos en condiciones de hacerlo disponiendo del petróleo como capital de inversión para convertirnos en un inmenso centro de desarrollo tecnológico como hoy trata de hacerlo Ecuador, pero tampoco se hizo”.
Pdvsa petrolera
Como economista con amplios estudios en administración y gerencia Toro Hardy cree que ninguna empresa puede ser desviada de su misión y vocación. Estima que Pdvsa dejó de ser exitosa y eficiente porque dejó de realizar labores petroleras para convertirse en una gigante caja chica para financiar obras sociales.
Recuerda que cuando el presidente Hugo Chávez llegó al poder, Pdvsa era la segunda mayor petrolera del mundo, pero esa condición se perdió porque una empresa petrolera tiene que producir, refinar, comercializar y transportar petróleo de la manera más eficiente posible; pero eso pasó a segundo plano porque Chávez la empezó a usar como caja chica del Gobierno y del PSUV, para convertirlo en un partido todopoderoso y prolongarse en el poder. “Hoy Pdvsa es una especie de Estado frente al Estado, debe tener un ministerio de vivienda, salud, educación, alimentación; eso no debe ser así, debe dedicarse a su labor”
Señala dos causas castastróficas: Frenaron muchas inversiones necesarias para que la empresa se mantuviera productiva y luego vino el despilfarro de sus ingresos. “Pdvsa debió seguir enfocada en la actividad petrolera para generar divisas a su único socio accionista que es el Estado venezolano. Tenía que generar la mayor cantidad posible de recursos vía Impuesto Sobre la Renta, regalía y dividendos y no dedicarse desarrollar obras sociales. El Estado debió desarrollar esas obras aparte, con los capitales que le proporcionara la petrolera”.
La otra actividad que en su criterio debe dejar de hacer la estatal es seguir enviándole petróleo subsidiado a Cuba, Nicaragua, Islas del Caribe, vía Petrocaribe o Petroamérica, en América Latina.
Para él los momentos de crisis son aquellos en los que se debe ser más eficientes, por eso se deben recortar esos envíos. “Cuando los precios del petróleo llegaron a 116$ por barril, había graves dificultades para los países del Caribe en cubrir la renta petrolera y hubo el compromiso de atenderlos, ahora con los precios por el suelo, ellos ya no tienen los problemas de antes, los que si tenemos problemas somos nosotros”.
Empresa descerebrada
Piensa que con el actual Gobierno Pdvsa no volverá a ser lo que era en el pasado. Cree que debe venir otro gobierno que le devuelva la dimensión que antes tenía. “Tenía 40 mil trabajadores de los cuales les despidieron 20 mil que tenían en promedio 15 años de experiencia trabajando para la industria. Es decir en aquel momento lanzaron a la basura 300 mil años de experiencia y conocimiento”.
Es necesario, dice, tratar de recuperar el personal despedido por Chávez porque representaba la masa cefálica de la empresa. “Los despedidos representaban el 75% de la nómina mayor (técnicos y ejecutivos) que es donde se concentraba la mayor experiencia y conocimiento. A Pdvsa la descerebraron y después la politizaron, la burocratizaron y luego la pusieron a cumplir funciones que no le correspondían. Nada de extraño, tiene la gravísima situación en la que está la empresa y que genera consecuencias como el castigo injusto a los venezolanos con un aumento de gasolina de 6.000% tras la bonanza petrolera que acaba de vivir el país, la más alta en su historia”.
El analista celebra que los países no quiebren y que Pdvsa sea la principal empresa del país, pero insiste en que la mala dirección la ha llevado a una situación delicada y a una pésima crisis al país, aún cuando los precios del petróleo se mantienen cercanos a los 30$ por barril. “Con el barril a 7$ Pdvsa todavía era productiva y fue durante muchísimos años la empresa petrolera más rentable del mundo. Era más rentable que Exxon, BP, Shell. Con el barril a 7$ nunca se vieron colas en los supermercado y había casas y repuesto para carro; el problema es que Chávez expropió 1500 empresas que hoy están improductiva y 4 millones de hectáreas que tampoco producen, eso sumado al mal manejo que le dio a Pdvsa, nos ha llevado a vivir la peor crisis de la historia, tras la mayor bonanza.”
Otra preocupación para Toro Hardy es que Pdvsa por la mala práctica de sus labores ha venido perdiendo una serie de arbitrajes y aún falta el más significativo con ConocoPhillips por un monto de 30 mil millones de dólares por nacionalizar activos de ésta en Venezuela. “De perderse ese arbitraje como viene ocurriendo con los anteriores Pdvsa tendría que pagar al menos una fracción de esa cifra y eso sería un duro golpe ante la situación complicada”.
Todas esas reflexiones llevan a Toro Hardy al año 1.962 cuando apenas era un jovencito, estudiante universitario de 20 años, y observó por televisión en un debate a dos personajes a quienes considera gigantes intelectuales del país: uno era Arturo Uslar Pietri quien sostenía en ese debate que el petróleo debía sembrarse y Juan Pablo Pérez Alfonzo, quien decía que el petróleo era el excremento del diablo. Luego de viajar en el tiempo Toro Hardy rompe sus recuerdos, y ya en la actualidad piensa que ambos tuvieron razón y desea que pronto llegue el día en que se siembre el petróleo en Venezuela, para que deje de ser el excremento del diablo y se convierta en la punta del iceberg para alcanzar una economía sostenible para el bienestar de todos los venezolanos.
Perfil
José Toro Hardy egresó como economista de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas (UCAB) en el año 1965, cuenta con estudios de maestría en el Instituto de Estudios Superiores de Administración, IESA (1984).
Ha sido profesor del IESA, de la Universidad Metropolitana, del Instituto de Altos Estudios de la Defensa Nacional (IAEDEN). Es Profesor Invitado en la Universidad Católica Cecilio Acosta de Maracaibo y Miembro del Consejo Superior de la Universidad Tecnológica del Centro (UNITEC). En 1998 la Universidad Fermín Toro en Barquisimeto, instituyó una Cátedra de Estudios Petroleros a la cual le asigna el nombre de “José Toro Hardy” y lo designa Profesor Honorario de esa casa de estudios. Fue también director del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (CEDICE), del IESA Foundation y de otras fundaciones. Además fue Director del Centro Venezolano Americano (CVA) y del Instituto Cultural Venezolano Israelita.
Fue conductor del programa Análisis con Toro Hardy que transmitía Globovision. Éste no solo se veía en Venezuela sino en toda América Latina y Estados Unidos.
Condujo el programa Puntos de Vistas a través de Unión Radio, una de las más grandes del país.
Ha fungido como columnista de El Universal.
Mucho que perder con venta de Citgo
Desde el mes de octubre de 2015 agencias internacionales de noticias han señalado el supuesto interés del Gobierno venezolano en vender CitgoPetroleum para evitar el pago de indemnizaciones a la petrolera estadounidense ConocoPhillips, de acuerdo con documentos presentados por la firma en tribunales de EE.UU.
Con la negociación de Citgo, Venezuela perdería la capacidad de refinación en la zona centro-oeste de Estado Unidos y su golfo, donde la empresa posee refinerías en Illinois, Louisiana y Texas con una capacidad combinada de unos 750 mil barriles diarios.
Citgo tiene también 48 terminales petroleras. La supuesta oferta habría despertado el interés de otras petroleras como Valero, Chevron, Marathon y Phillips 66.
La venta de Citgo impediría que se confisquen sus refinerías en EE.UU. si un tribunal apoya solicitudes de ConocoPhillips, pero las pérdidas para el país serían catastróficas.
En los litigios con ConocoPhillips y ExxonMobil, se le solicitan a Venezuela una indemnización que suma US$42.000mn en total por la nacionalización de los activos de Conoco en 2007. El Gobierno nacional ha negado rotundamente este rumor.