Más del 74% de los electores venezolanos que salieron a expresarse con su voto en los pasados comicios parlamentarios, fueron el espejo en el cual se deben mirar los actores políticos que asumirán las riendas del Poder Legislativo en el próximo periodo bajo una coyuntura de crisis, mientras quienes representan el chavismo hoy tienen importantes retos a afrontar.
En la búsqueda de una lectura clara de estos resultados, se consultó con el director del Centro de estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Benigno Alarcón, quien en primera instancia percibe que hay un cambio en el balance político del país, el cual no representa una novedad, pues se ha venido gestando desde hace algún tiempo.
Plantea que durante estas elecciones, cuyo nivel de participación tendría mayores precedentes sólo en elecciones presidenciales en el país, significó la oportunidad de un evento donde pudieran las personas manifestar su preferencia y opinión.
En este sentido, considera que “básicamente se conforma una Asamblea que se acerca a lo que es el balance político real del país”. Explica que desde el año 2010 cuando se hicieron las anteriores parlamentarias se produjeron muchos movimientos políticos y esto permite tener un panorama muy distinto al de aquel momento.
¿Qué cambió desde entonces hasta ahora?
-Justamente lo de las condiciones de vida afecta pero no es la única razón, no se puede simplificar la realidad porque también hay otros factores: desaparición física de un líder como Hugo Chávez y no es secreto para nadie que parte importante de la lealtad no era hacia el partido, sino hacia la figura de su líder y esto generaba un impacto en el apoyo de los electores y precisamente estaban en el partido por esto. Quizá ahora no se sienten interpretadas sus aspiraciones por parte de quienes están al frente del partido socialista.
El especialista quiso distinguir nuevamente dos elementos importantes a fin de hacerse entender: “Una cosa es el partido de gobierno y otra es el chavismo, que puede seguir vigente como un legado para muchos o emerger otras formas de identificarse con el chavismo a través de nuevos movimientos o representación y que hoy en día no están en esa lucha política”.
Asimismo Alarcón destaca un factor presente durante la pasada elección que hace una vez más poner en duda la eficiencia de quienes dirigen el CNE. “Hay partidos a los cuales les negaron el registro y posibilidad de participar en esta elección, utilizando la excusa de que podían confundir al elector, pero en cambio sí permitió a la tarjeta de Min-Unidad”.
Y ahondó más en el asunto: “el problema no es haber permitido su registro, sino permitir una identidad gráfica que podía confundir a los electores, en el caso de la palabra unidad sin ser partido de la unidad”.
Si bien triunfó la propuesta de la oposición en aras encaminar a Venezuela hacia un país mejor, hubo voto castigo o decepción, ¿ambas posiciones tuvieron igual peso?
Es difícil determinar eso no tengo un estudio de opinión para precisarlo aún, y creo que es bastante difícil de medirlo porque la motivación del elector no es una sola. En el fondo es una mezcla entre probar algo distinto y darle la oportunidad a otro actor, limitar la posibilidad a otro que continúe adelante. Esto no es cambio de gobierno, pero sí implica poner límites.
La oposición ganó en bastiones del oficialismo ¿qué significa eso?
-Pudiéramos acercarnos más hacia la expresión de voto castigo porque hubo electores que votaron contra el gobierno para castigarlos por hacerlo mal. Es ese descontento en cuanto a las políticas económicas que están haciendo estragos y la gente no las acepta; algunos votos es porque Chávez ya no está y quienes están ahora no gobiernan igual y este último factor entraría en la denominación del voto castigo.
Cómo evalúa el más de 40% de votos a favor del oficialismo, ¿qué pasa con el chavismo?
-Hay dos cosas que reconocer. El chavismo forma parte de una identidad propia y no desaparece porque Chávez haya muerto hace un tiempo atrás. Pasa lo mismo que con el peronismo en Argentina y otras figuras carismáticas en otros procesos políticos. Había una identidad que se construyó y evidentemente hubo una inversión muy grande en esto y no desaparece de la noche a la mañana. Muchos trabajan para la administración pública y su sustento depende del gobierno nacional y temen por su futuro.
“Campaña de la pesadilla”
El director de Centro de estudios políticos de la UCAB, Benigno Alarcón, se refirió en este punto a la llamada “campaña de la pesadilla” desplegada por el oficialismo, siendo a su parecer una de las cuñas más vistas en televisión en los últimos días de campaña electoral.
La intención era generar una motivación a quienes dependen del gobierno a votar por miedo a perder lo que el gobierno les dio.
En ese lote estarían las personas de la tercera edad que reciben pensiones, tratamientos médicos, beneficios de la misión vivienda y otras cosas más. Cita que un 40% tuvieron miedo a un cambio político, a perder lo que recibieron. “Muchos no creen en el secreto del voto y son más de la mitad de los electores”.
Sin lugar a duda, explica que otro cúmulo de ciudadanos se sienten identificados con el partido de gobierno y así lo reflejan algunos estudios en los cuales se conoce que estas personas se identifican con el gobierno y con el presidente fallecido Hugo Chávez.
¿Qué es más difícil, para el gobierno rescatar votos y ganar confianza, o para la oposición administrar correctamente ese caudal de apoyo a fin de que se mantenga esa fuerza política?
-La oposición tiene una ventaja importante; las tendencias le favorecen pareciera que la gente quiere un cambio definitivamente y le dieron la oportunidad de materializarlo. Esta es una posición complicada porque deben demostrar en correspondencia a la confianza depositada. Si lo hacen la gente estará dispuesta a cambiar en gobiernos locales y le seguirán respaldando. En el caso del oficialismo el reto es hacer que el voto regrese y, es complejo, aunque no imposible pero hoy es cuesta arriba porque el gobierno en los próximos meses debe tomar decisiones en materia económica, las cuales también pueden tener costo político y de no tomarlas tendrá aun más costo. Las olas parecen correr a favor de la oposición.
¿Qué papel debe jugar el gobierno nacional ante esta nueva mayoría en la Asamblea? Porque el país fue claro al demandar soluciones.
-Lo que debe hacer es corregir sus propios errores y primero debe asumirlos. De lo contrario será imposible que puedan remontar la ola. Por otro lado, les toca dejar de correr la arruga y empezar a tomar decisiones porque es un gobierno que ha estado paralizado por decisiones que han debido tomarse hace años atrás como es el caso más evidente en lo económico, donde se permitió el deterioro sin correctivos.
-Con este nuevo balance no puede jugar a imponer, deben entender obligatoriamente la necesidad de gobernar para todos, no sólo para ellos y deben abrir el espacio a la negociación o sea búsqueda de acuerdos. El gobierno debe buscar espacios de entendimiento.
A la hora de legislar cuál es la prioridad: ¿Ley de Amnistía o economía?
-Mucha expectativa puede generar Ley de Amnistía según esa propuesta que pareciera es prioridad. Fue una promesa y hay gente presa injustamente con las condiciones mínimas de los derechos humanos y esto debe ser resuelto a corto plazo. Pero, pueden atender varias prioridades simultáneamente. La materia económica, lleva consigo colocar límites claros al presupuesto nacional y el gobierno debe acostumbrarse al que puede y no al que quiere, pues estamos al límite de una hiperinflación por imprimir dinero inorgánico; le corresponde a la Asamblea vigilar cómo debe gastarlo.
En este sentido, también Alarcón cree oportuno y urgente devolverle la autonomía al Banco Central de Venezuela; abrir espacios de negociación en cuanto a la conformación de los Poderes Públicos.
“Con el Poder Electoral de hoy en día, parcializado, sería absurdo ir a elección de gobernadores. No se puede presumir de un sistema electoral, el más moderno del mundo, cuando pasan más de 48 horas sin resultados publicados. Se debe contar con Poderes públicos que se comporten de manera institucional, con árbitros imparciales. En el TSJ jueces comprometidos con la justicia y no con un color político”. Y en el caso de Controlar….también tiene una gran responsabilidad
-Ahora la oposición, a diferencia del pasado, tiene la posibilidad de interpelar ministros y personas que ocupan cargos en el Ejecutivo para hacer contraloría y ajustar según las propias funciones. Hay algunos ministros que deben ser llamados a rendir cuentas, es parte de una Asamblea autónoma e independiente que represente los intereses de todos los sectores del país.
Según la última encuesta de Datanálisis antes del 6 de diciembre, de las opciones dadas, la séptima aspiración de la población venezolana era cambiar al presidente Maduro, ¿qué dice eso?
-Es una posibilidad porque cuentan con una mayoría calificada, pueden evaluar la posibilidad de hacerlo. Sobre todo ver si políticamente es oportuno hacerlo, pero deben actuar con la mayor responsabilidad, no lanzarse en aventuras que no tengan el respaldo necesario. Y si ellos consideran un revocatorio y dar como resultado en la elección un nuevo Presidente, está en sus competencias. Muchos electores votaron porque quieren cambio ya, pero debemos recordar a los electores que hoy son mayoría sin embargo hay un 40% quienes ven las cosas distintas y no podemos hacer pisotear los derechos de los que hoy son minoría, porque se criticaba antes esta actuación.
Reconocimiento de resultados
Para el sociólogo de la Universidad Complutense de Madrid (España), experto en Consumo y Mercados (antiguo profesor de la UCLA), Rafael Silva, el reconocimiento de los resultados electorales por parte del gobierno debe traer consigo una serie de consideraciones en cuanto a la necesidad de reconquistar a su gente.
El fenómeno del electorado venezolano tiene que ver con las circunstancias económicas y sociales. En total es un panorama adverso, se acumula una carestía, las colas y el tema de la inseguridad.
Recordó que en el escenario del referendo revocatorio del 2004 contra el presidente Hugo Chávez, el mandatario nacional sale del poder y le da chance luego de arrancar las misiones sociales, “esto condicionó a un escenario político y social para evitar la salida del presidente en aquel momento”.
Y contrasta Silva con el caso actual donde el chavismo pierde su oferta (se agotó la credibilidad del discurso) las condiciones sociales son adversas.
“¿Qué dicen los ciudadanos?: no me importa la guerra económica, sino que yo pueda comer. Ellos son los que deben mejorar la situación, porque amor con hambre no dura. Los estómagos vacíos no entienden de política”, precisa el experto.
¿Reinstitucionalización?
A la pregunta, ¿Se puede interpretar que el país quiere una reinstitucionalización?, Silva contestó:
-Yo creo que sí, el abuso de poder en un gobierno con más de 16 años con los poderes a su favor, hace pensar a muchos que no pudieron lograr el objetivo y entregan la confianza a la MUD. Piden a gritos una revisión de las instituciones existentes y el rol que cumplen. ¿Cómo es eso que la fiscalía sólo actúa contra los opositores y cuando se trata de casos de narcotráfico en personas ligadas al gobierno no hacen ninguna acción?.
El presidente Maduro insistió en el tema de la guerra económica luego de reconocer resultados, ¿esto indica que no hubo una reflexión?
Ellos insisten que no son responsables de nada. Que el abastecimiento no es producto de la destrucción del aparato productivo pero las personas no creen ya eso. Saben cuantas industrias han intervenido el gobierno nacional y ya no hay excusas porque las tierras también han sido expropiadas.