El papa Francisco aseguró que la Santa Sede está dispuesta a intervenir frente a la grave crisis de Venezuela, pero «con condiciones claras», en declaraciones este sábado a bordo del avión papal que lo condujo a Roma desde Egipto.
«Tiene que ser con condiciones, condiciones muy claras», advirtió el papa, interrogado sobre cómo podría ayudar la Santa Sede y él personalmente para frenar la ola de violencia en Venezuela, que ha dejado hasta ahora una treintena de muertos.
«Hubo intervención de la Santa Sede bajo pedido fuerte de cuatro presidentes que trabajaban como facilitadores. Y la cosa no resultó. Quedó ahí. No resultó porque las propuestas no eran aceptadas o se diluían. Eran un sí sí, pero no no», afirmó el papa.
El pontífice se refería a las gestiones de la Santa Sede a pedido de los exmandatarios José Luis Rodríguez Zapatero (España), Leonel Fernández (República Dominicana), Martín Torrijos (Panamá) y Ernesto Samper (Colombia) que no dieron resultado en diciembre pasado para poner al gobierno de Nicolás Maduro y la oposición a dialogar.
«Todos sabemos acerca de la difícil situación de Venezuela, un país que quiero mucho», reconoció el pontífice.
«Sé que ahora están insistiendo, no sé bien de dónde, creo que por parte de los cuatro presidentes para relanzar esa facilitación y están buscando lugar. Yo creo que tiene que ser con condiciones, condiciones muy claras», afirmó.
La diplomacia del Vaticano no ha reconocido una mediación en el conflicto entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición, sino que se considera como un «facilitador» del diálogo, según explicaron fuentes vaticanas.
Las condiciones
El año pasado, el secretario de Estado de la Santa Sede, el cardenal Pietro Parolin, número dos del Vaticano, quien fue nuncio apostólico en Venezuela, fijó una serie de condiciones tras consultar las partes para poder mediar en el conflicto.
Entre las condiciones figuran que se fije un calendario electoral, la liberación de los opositores presos, la autorización de asistencia sanitaria internacional y la restitución de las prerrogativas del Parlamento.
Durante la charla con los más de 70 periodistas que lo acompañaban en el avión, el pontífice argentino admitió que uno de los problemas para su acción pacificadora son las divisiones dentro de oposición venezolana.
«Parte de la oposición no quiere esto», dijo.
«Es curioso, la oposición está dividida y los conflictos se agudizan cada vez más», recalcó.
«Pero hay algo en movimiento (…) muy en el aire todavía», adelantó.
El papa argentino reiteró que «todo lo que se pueda hacer por Venezuela, hay que hacerlo, pero con las garantías necesarias, si no jugamos al pim pim pirulero», resumió con su tradicional lenguaje familiar.
El papa Francisco ha manifestado públicamente en varias ocasiones su preocupación por la crisis en Venezuela.
El presidente Maduro enfrenta desde hace un mes una ola de protestas que exigen elecciones generales y que han derivado en choques entre fuerzas de seguridad y manifestantes, disturbios y saqueos, que dejan ya 28 muertos y cientos de heridos y detenidos.
La oposición anunció que mantendrá su protesta en las calles y considera que la salida del poder de Maduro es la única solución a la profunda crisis.
Más de un 70% de venezolanos, según encuestas privadas, rechaza la gestión del mandatario, cansados de la escasez de alimentos y medicinas y de una inflación que según el FMI llegará al 720,5% este año, la más alta del mundo.