Levantar fondos para financiar el gasto público y las operaciones internacionales del gobierno, parecer ser el objetivo esencial del Petro, con lo que se asemeja más a un contrato financiero con respaldo en mercancía que a una criptomoneda.
El pronunciamiento con esta conclusión, lo hace la economista Karelys Abarca, investigadora del Observatorio de Gasto Publico (OGP) del Centro para la Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (Cedice Libertad), quien alerta que si lograra dicho objetivo, esto significaría “más deuda que los venezolanos tenemos que soportar”.
En el boletín Gasto Público #7, elaborado por el OGP, Abarca comentó que las criptomonedas (el bitcoin es una de las más conocidas) cuentan con tres características esenciales de las que el Petro no dispone. En primer lugar, no dependen de una autoridad monetaria (como un banco central) que realice la emisión, sino que esta es descentralizada a partir de procedimientos informáticos. Además, las criptomonedas permiten realizar transacciones rápidas y a bajo costo, lo que a juicio de la economista sería muy difícil de realizar en Venezuela ante la cantidad de controles impuestos por el gobierno nacional y las fallas técnicas de internet.
La economista precisó que el éxito del bitcoin, depende de su escasez relativa, derivada a su vez de una emisión limitada.
-La emisión inicial de Petro es muy elevada: 100 millones, si se la compara con la cantidad de bitcoins, que logrará su máximo en el año 2140 y será de 21 millones de unidades. Además, si se habló de una emisión inicial, es porque se tiene planeado seguir expandiendo su oferta-, alertó la investigadora de OGP, quien recordó que cada Petro está respaldado, según los anuncios oficiales, por un contrato de un barril de petróleo, y en Venezuela se están produciendo “aproximadamente un promedio de un millón de barriles de petróleo diarios, por lo que su emisión anual podría ser de 370 millones, lo que haría caer el precio del Petro”, aseguró la especialista.