El escenario de este inicio de año es muy parecido a las condiciones de 2015, desde el punto de vista financiero. “Tenemos un gobierno que no entiende la grave crisis económica del país, que está empecinado en colocar el tema político por encima del económico, y un precio del petróleo con una fuerte caída”.
Así lo consideró Luis Oliveros, economista y docente de la Universidad Central de Venezuela (UCV), quien señaló que el escenario promete una fuerte dificultad para el financiamiento del déficit fiscal, lo que representa una nueva reducción de las importaciones y consecuente recesión, que en el mejor de los escenarios mantendría los actuales niveles de escasez.
No se conocieron cifras oficiales y esto impide apreciar el posible “piso” inflacionario con que arrancaría el año. Al respecto, Oliveros recordó que la inflación de 2015 se sitúa sobre el 250%, lo que sumado al manejo económico del gobierno, podría propiciar un índice aún mayor para 2016.
“El BCV sigue sin publicar las cifras y eso indica que el problema se agrava, más aún con las modificaciones de la Ley del Banco Central… Denota una destrucción institucional alarmante y que violaron su ley, además de la constitución”.
Rechazó la actuación “sumisa” del Banco Central de Venezuela (BCV) ante el gobierno y señaló que los cambios que intentan aplicar son “peligrosos” y podrían convertirlo en “una oficina más de partido del gobierno”.
Considera que el Ejecutivo hará algunos ajustes en el tipo de cambio. Pero estos serán de tipo “cosmético” y no resolverán la problemática económica del país.
Sobre el balance económico con que arranca este 2016, también se consultó a Orlando Ochoa, economista y docente de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), quien sostiene que el BCV no ha publicado el informe de fin de año ni las estadísticas económicas relevantes, con el propósito de evitar hacer reflejo de la magnitud de la crisis económica, lo que a su vez podría tener un impacto político sobre la gestión del presidente Nicolás Maduro.
Acotó, que extraoficialmente se conoció que el indicador alcanzó el 270,6%, según medidas del mismo BCV. Asimismo, agregó que el déficit del sector público es superior al 20% del Producto Interno Bruto (PIB), con un fuerte financiamiento a través de la emisión de pagarés de PDVSA.
A esto agregó que la caída del PIB es próxima al 10% y que, según estudios de pobreza de prestigiosas universidades del país, entre 2013 y 2015, la pobreza relativa y extrema pasó de 25% a 75,7%.
Precio bajo del petróleo
Por su parte, Ochoa sostuvo que la caída promedio de $45 en el barril de petróleo en 2015, “abrupta” si se compara con 2014 ($88), se mantiene, y muestra de ello es que a principios del presente año la canasta venezolana osciló entre los $27 y $30 el barril, situación que se vuelve compleja si se suma la sostenida disminución de la producción de PDVSA en crudos ligeros y medianos, motivado a problemas financieros, operacionales y recursos humanos.
Oliveros instó a recordar que el mercado petrolero se rige por la oferta y la demanda, la primera muy superior a la segunda.
Manifestó que la sensación del mercado es que la cesta petrolera puede mantenerse a precios muy bajos, así como en años siguientes.
Divisas y deuda
Sobre si habrá divisas suficientes para 2016, Oliveros señaló que en la actualidad la oferta es sumamente baja, por lo cual le resulta inexplicable la razón de un dólar a Bs. 6,30 y la existencia de un control de cambio.
Precisó que el déficit de divisas de 2016 puede ser cercano a los $20 mil millones, por lo cual la falta de divisas se pronunciará aún más.
En relación a la posibilidad de extensión del tramo “C” del financiamiento chino, precisó que si bien esta es una de las pocas opciones con que cuenta Venezuela para costear su déficit “hay dos tramos que se esperan sean renovados, pero vale pensar hasta qué momento China estará dispuesto a darnos subsidios y con qué tipos de garantías”.
Precisó que Venezuela es uno de los países con más riesgo monetario, por lo cual son limitadas las oportunidades para pedir dinero a los mercados internacionales.
El gobierno ya ha vendido oro y el precio de este ha caído. Asimismo, ha vendido otros activos, además de cuentas por cobrar. Restan pocos activos por vender, a menos que el gobierno aplique políticas de privatización de empresas.
El pago de deuda de Venezuela son $10.500 millones de dólares de bonos de Venezuela y PDVSA, para el año 2016. Los pagos de deuda a China se pagarán con petróleo. A finales de febrero se deben pagar $1.500 millones y entre octubre y noviembre, aproximadamente $5.000 millones, además de otras entregas.
La cifra a pagar en 2016 puede representar más de un tercio de los ingresos de exportación petrolera venezolana.
Pocas posibilidades
Para Ochoa, el escenario anteriormente descrito “es una emergencia económica que requiere ser tratada como una economía de mercado. El problema es que Nicolás Maduro y los nuevos ministros nombrados vienen de la misma trayectoria del socialismo del siglo XXI, que insiste en los controles y el rechazo de la economía de mercado”.
Una economía manejada de esta manera, goza de pocas posibilidades para acceder a un financiamiento externo, con lo cual se agudiza la crisis y el deterioro de la economía venezolana.
El país podría pasar entonces de un proceso inflacionario a uno hiperinflacionario.