Desarrollo del Valle del Turbio afectado por las permisivas invasiones

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El Valle del Río Turbio por sus características agroecológicas y su localización, tiene una importancia de primer orden para las poblaciones localizadas en su zona de influencia, Barquisimeto, Cabudare y Yaritagua.
Esto llevó a que el Gobierno Nacional mediante el Decreto Presidencial Nº 782 de fecha 25/9/1980, publicado en Gaceta Oficial Nº 32.080 de fecha 1/10 del mismo año , lo declarara como Zona de Aprovechamiento Agrícola Especial, debido a que “los suelos agrícolas deben ser preservados de cualquier otro uso distinto a los que establezca el estudio y clasificación de los mismos, de acuerdo con su capacidad productiva, integridad física, grado de erosión, fertilidad y normas de conservación, a los fines del indispensable desarrollo agrícola integral que requiere el país”.
El Decreto 2.327 de fecha 5/6/1992, estableció el Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso de la Zona de Aprovechamiento Agrícola Valle del Turbio el cual en su artículo 2° apunta que “Este Plan de Ordenamiento de la Zona de Aprovechamiento Agrícola del Valle del Turbio tiene como objetivo general, fomentar el desarrollo del uso agrícola y garantizar su permanencia en el área, a través de un aprovechamiento eficiente, racional y sostenido”.
El decreto también define un Reglamento de Uso, “el cual tiene como objetivo fundamental normar los usos y aprovechamiento adecuado de los recursos en especial suelo y agua, y la localización de la población y su desarrollo, a fin de incrementar la actividad económica, así como también la vigilancia y resguardo de la citada Zona de Aprovechamiento Agrícola”.

Son letra muerta
En tanto, Diego Rivero, director de Fundacaña, manifiesta que tales decretos sólo cuentan en el papel, “son letra muerta por cuanto no se cumplen ni hay organismos serios que los hagan cumplir”.
-Hemos visto cómo los últimos años, las invasiones descontroladas se han venido apoderando de buena parte del valle y su zona protegida, donde se ha vulnerado la esencia del Área Bajo Régimen de Administración Especial, ABRAE, dando al traste con la importancia agrícola para las poblaciones aledañas, refiere Rivero.

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Crecimiento descontrolado
El productor agrícola destaca que el crecimiento de Palavecino, ha sido descontrolado, “más con el Gobierno municipal actual, ignorante tanto de los decretos emanados por el Gobierno nacional y sus lineamientos, así como de la realidad agrícola que vive el país”.
-Entendemos que los caseríos necesitan crecer naturalmente y la ciudad amerita de áreas de esparcimiento, pero la realidad es que con las nuevas invasiones se han ido arrasando los cultivos, aunado a las confiscaciones del Ejecutivo nacional imponiendo cultivos improvisados, resalta Rivero.

Riguroso estudio
El director de Fundacaña, asegura que en 2008, Fudeco realizó un minucioso estudio sobre las condiciones del Valle del Turbio, a raíz de los decretos de expropiación que acusaban que el valle estaba en manos de pocas personas y la caña no era un cultivo que debería fomentarse en la zona.
Indica que el estudio reveló que de industria cañamelar vivían más de cuatro mil familias, e indirectamente unas ocho mil.
Como dato importante, el estudio arrojó que la siembra de caña de azúcar sólo ocupaba el 38% del valle y producía cerca de 180 mil toneladas entre Lara y Yaracuy, que luego de la confiscación y la proliferación de las invasiones a las supuestas áreas para cultivo, no llegan a producirse 60 mil toneladas de caña.
-Pero no se sembró el valle con rubros que realmente generen alimentos, sino con ranchos en franca miseria, sin servicios y olvidados por los Gobiernos locales, caso de La Nicaciera, La Quebradita, El Taque, El Pozón, nuevos asentamientos ranchificados entre Lara y Yaracuy, subraya Rivero.

Contaminación del subsuelo
Explica el productor y estudioso de la caña, que este rubro tiene una alta capacidad de producción de CO2, elemento que contribuye a preservar el aire que respiramos.
Dice que con el aporte de materia orgánica, tanto la verde como la radicular, se habla de unas 60 toneladas que se aportan al suelo.
Sin embargo, con las nuevas ocupaciones, la deforestación, el desvió de los bucos, la quema de basura y la disposición final de las heces en pozos sépticos, contaminan los acuíferos.
Advierte el productor que el 70% de los acuíferos situados en el Valle del Turbio, son utilizados para abastecer a la población de Barquisimeto y Cabudare (Palavecino), que de por sí ya se han detectado trazas de ferrobacterias, afectando la estructura del pozo, que sumado el nuevo elemento aséptico, llegará el momento que los mismos no podrán seguir siendo fuente vital.
Finaliza revelando que se encuentran afectadas por invasión unas 115 hectáreas, en donde se han construido ranchos, casas y otras edificaciones, resumiendo que el área que para las 12 mil hectáreas, no representa sino el 1%, ha sido en muy corto tiempo, sin ninguna planificación urbana y en franca anarquía, con un panorama dramático que se visualiza a mediano plazo.

Impera un plan para proteger el valle
Por otra parte, Leobardo Acurero, diputado a la Asamblea Nacional por el PSUV, apunta que es un hecho el desconocimiento general que se tiene sobre un área tan clave y estratégica como lo es el Valle del Turbio, es abismal, “pues, está desapareciendo en medio de invasiones”.
-Buscamos que la gente se interese por el valle, con un conocimiento real de las bondades desde el punto de vista hidrogeológico y la importancia geográfica que consolida al valle como uno de los más potentes, agrícolamente, del país, destaca el parlamentario.
Plantea que en la Asamblea Nacional se ha dado un debate interesante en lo referente a algunas legislaciones claves, entre ellas, la Ley de Bosques, la Ley Penal del Ambiente y una posible ley de agroecología y sustentabilidad, que plantea un nuevo modelo agrícola en el país.
Comenta que el Valle del Turbio debería tener una agricultura ecológica, alternativa, totalmente libre de agrotóxicos para evitar la afectación a los acuíferos.
Resalta que Palavecino tiene un problema grave de agua, dado los acuíferos están bajando de nivel producto de la sobrexplotación y la recarga deficiente originada por las intervenidas cuencas hidrográficas.
Para valorizar todo lo anterior, adiciona el legislador, es necesario revisar el pasado donde se construía en Palavecino sin ninguna planificación para llegar ahora a un hiperurbanismo tan alto, que pasó del 6,2%.
En aras de proteger unas 2.400 hectáreas del ala de occidental (uso de aprovechamiento agrícola) se retiraron miles de toneladas de escombros y material de construcción, observa Acurero.
Enfatiza que es imperante diseñar un plan complementario para proteger al Valle del Turbio de las invasiones, el deterioro y otras actividades que no sean cónsonas con su vocación ecogeográfica.
Según Acurero, el parlamento nacional, plantea un reglamento para el crecimiento armónico de los caseríos rurales situados en el valle.
-Se plantea que las comunidades adquieran conciencia de los espacios que habitan, en el buen vivir, como misión ecológica, expone.
Concluye el diputado, que en coordinación con lo consejos comunales de los asentamientos rurales, se debe adelantar un plan total para fomentar el debido uso del valle agrícola y se oriente en función de sus potencialidades hidrogeológica, protegiéndolo de las invasiones y otras actividades ilícitas.

Fotos: Luis Alberto Perozo Padua

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