Si alguien puede hablar con propiedad de cómo es enfrentar a los Marinos de Anzoátegui en una serie final de LPB, fajarse en el difícil gimnasio Luis Ramos de Puerto La Cruz y luego hacer lo posible por prevalecer ante un Domo Bolivariano lleno en Barquisimeto, ese es el base y escolta estadounidense Marcus Hatten, subcampeón de la LPB 2005 con Guaros de Lara y quien compartió sus memorias de esa serie final con EL IMPULSO.
“El Domo es un lugar muy especial. Recuerdo todo sobre Barquisimeto. Las prácticas, los jugadores, el coach Néstor (Salazar), los fanáticos y la ciudad. Lo que más recuerdo de 2005 es cuánto nos divertimos, porque primero iban unos 200 fanáticos a vernos y luego llenábamos el Domo. Era increíble jugar en ese gimnasio”, aseveró quien era el escolta titular, como socio de Diego Guevara.
“Nos divertíamos mucho en cada juego. Creo que la clave es que todos creíamos el uno en el otro, además de que los aficionados eran excelentes”, agrega el nacido en Baltimore, aún activo a sus 34 años de edad y quien pasó la campaña 2014-2015 en la liga de Rumanía.
Sus compañeros, en aquel equipo propiedad de Carlos García Ibáñez, eran jugadores de la talla de Terrence Shannon, Brant Bailey, Carl Herrera, Armando Becker, Pablo Machado, Alexander “Coco” Tovar, Kervis Ramírez o Johan Piñero, pero sentía especial afecto por Diego Guevara. “Fue un gran amigo para mí y me ayudó mucho porque él jugó en la Universidad de Charlotte con un amigo mío”.
No menos importante para él fue su relación con el coach “Mamá Osa” Salazar. “Teníamos muy buena química y eso era perfecto para el equipo”.
Al preguntarle por los Marinos, que por entonces contaban con Nelson “Kako” Solórzano como coach y con una plantilla que incluía a Jermaine Walker, Milton Henderson, Harold Arceneaux, Oscar Torres, Héctor “Pepito” Romero, Axiers Sucre, Ernesto Mijares, Kervin Bracho o David Cedeño, expresó respeto. “Ellos tenían un equipo demasiado competitivo, con jugadores que tenían experiencia y sabían lo que había que hacer para ganar”.
A su llegada el Domo se la pasaba vacío, pero en esa remontada que los llevó del último lugar a los playoffs, todo cambió. “Los fanáticos siempre fueron buenos, pero ellos simplemente necesitaban algo que los motivase. La forma en la que empezamos a jugar cuando llegamos fue justo eso. La comida me gustaba mucho, aunque no había un plato en especial”.
Aquella final de 2005 se jugó entre el 13 y el 19 de julio. Guaros perdió 4-1. Marcus Hatten anotó en aquella serie final 26, 21, 24, 16 y 8 puntos.