Desde su infancia sintió amor por la literatura, como barquisimetano radicado en la capital venezolana vivía una soledad interna aun con el ajetreado entorno que representa Caracas, hacía falta esa compañía y el tiempo de calidad que solo la familia y los amigos pueden dar. Entonces, en esos ratos libres cuando se refugiaba en la lectura, un mar de autores lo llevaron a querer escribir sus propias obras.
“Dicen que la vida de la gente solitaria desemboca en que en algún momento dado comienzas a tener amigos imaginarios y a jugar con ellos, convocarlos y darles vida, además parte de esos personajes se iban alimentando de todos los libros que mi madre me iba regalando constantemente”, relató Juan Carlos Méndez Guédez, en entrevista a EL IMPULSO.
Su primera historia la compuso a los cinco años en la oficina de su madre, donde realizó una extensión de una serie de televisión porque, según su percepción, era mejorable. “Comencé en unos cuadernitos, narrando esas historias que acompañaban las inmensas horas libres, disponibles y un poco solitarias”, agregó.
No era bueno en matemáticas, física o deportes, sin embargo, el recibir algún tipo de agasajo por parte de sus compañeros de la primaria y secundaria o de maestros de la infancia, al recitar una poesía propia o narrar una historia que escribió, era una sensación gratificante y motivadora. “Es como una especie de segunda piel, algo que siempre llevé conmigo y lo sigo teniendo”.
Estudió en la Universidad Central de Venezuela (UCV) la licenciatura en Letras y posteriormente viajó a España para realizar un doctorado en Literatura hispanoamericana en la Universidad de Salamanca. Aunque su estadía en el país europeo sería pasajera, al cabo de unos tres meses decidió que no volvería a tierras americanas.
-Descubrí que en España vivía muy cómodo para escribir, era una situación ideal, son ciudades muy humanas, con buenas comunicaciones, sistemas de transportes, excelentes librerías. Luego la situación política de Venezuela, me fortaleció mi decisión de quedarme, soy una persona profundamente enamorada del mundo de lo civil, de lo democrático y las señales que yo veía en el 98’ eran alarmantes. He sido muy coherente en ese sentido en decir que nos dirigíamos a tipos de autocracias militares que ya habíamos vivido.
Un mundo lleno de literatura
En su carrera ha escrito 20 obras, entre novelas, ensayos y cuentos, y estos géneros –más el primero- son los favoritos de Méndez Guédez, pues es un fiel creyente de que las historias son mejores como se cuentan que como se viven. “Las novelas que yo escribo tienen una pretensión muy importante, y es que el personaje sea seductor, interesante y atractivo. Yo creo que las novelas se construyen a partir de un personaje especial y singular”, comentó el novelista.
Además, describió que desde su concepción tiene que ser alguien construido, habitado, recorrido por la normalidad pero con algún pequeño desvío, que lo haga tenuemente diferente a como somos el resto de los seres humanos.
Como la pasión por escribir nace de la lectura, Méndez Guédez piensa que somos mejores lectores que escritores. “Como lectores podemos variar mucho de tono, de temática, la época, viajamos muchísimo más, como escritores nos limitamos a nuestro talento; pero cuando lees puedes estar en la mañana con una obra medieval y en la tarde estar leyendo una historia romántica y en la noche, te enfocas en un ensayo de la guerra civil española”.
-Me gustan las novelas y las historias de cuento de cualquier género, ya que tenemos la limitación de que solo podemos vivir una sola vida, entonces qué bonito que la literatura te permita viajar. No tengo una predilección especifica, lo que me mueve a la hora de la lectura es la posibilidad de ser muchas personas, cosa que no te permite la vida.
Entre autores
Es interesante conocer quienes inspiran la literatura de J. C. Méndez Guédez, porque más allá de saber por qué escribe, resalta esos modelos a seguir. “En una ocasión, un escritor –que ahora no recuerdo el nombre- dijo que al hablar de las influencias nos referimos a los escritores a quienes quisiéramos parecernos, pero no sabemos si es así, tal vez nos parecemos más a algunos que a lo mejor no nos gustan tanto.
-Entre los autores que me acompañan y puedo mencionar, no sé si la gente los podrá notar en mí pero han sido muy importantes en el desarrollo de mi carrera, están Alfredo Bryce Echenique, Francisco Massiani, José Balza, Teresa de la Parra, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges; esos son los autores que me han acompañado desde la juventud y que me gusta pensar que aún están ahí, aunque la vida va transformando tu forma de leer.
-Insistiría mucho en Teresa de la Parra, porque creo que los venezolanos tenemos un hermoso privilegio, la gran novelista, el centro de nuestra narrativa, además en una época cuando las mujeres estaban muy soslayadas, es una mujer.
