El cuatro, instrumento típico y emblemático de la música venezolana, sufre las consecuencias de la crisis económica que agobia al país. Esta valiosa joya musical elaborada en madera, con cuerdas de nylon, no escapa a la realidad. Los costos para su producción se han triplicado debido a la escasez de ciertos insumos y accesorios.
Varios músicos han mostrado su preocupación. Entre estos, el destacado cuatrista cumanés Jorge Glem, quien escribió en su cuenta de Twitter: “Me quedé sorprendido. No hay cuerdas de cuatro venezolano, las que venden como cuerdas de cuatro son las de Ukelele hawaiano ¡increíble!”.
Otros artistas escribieron que incluso, las cuerdas de arpa llanera, solo se consiguen en compañías de comercio electrónico, como Amazon.com. Sin embargo, algunos se preguntan ¿cómo pueden hacer los cuatristas y arpistas del llano que no tienen tarjeta de crédito?
Limitaciones
Al entrevistar a varios luthiers constatamos que existen serias limitaciones para la construcción de los cuatros.
El luthier barquisimetano Jesús Delepianni, con 30 años en el oficio, considera que los proveedores tienen mercancía, pero por alguna razón que desconoce, no la ofrecen.
“Los proveedores tienen insumos pero no los venden. Por otro lado, las cuerdas marca D’Addario o Sonora, son importadas, por lo cual están desaparecidas”, dijo el fabricante, quien elabora cuatros para el extranjero.
Aunque con las maderas venezolanas se puede paliar la situación, no se consiguen las importadas, como el Pino canadiense, el Cedro Rojo de Canadá, el ébano de Sudáfrica y el Palo Santo de la India. “Esas maderas no llegan. Pocos proveedores distribuyen esos materiales exóticos, por lo cual le doy relevancia a la nacional”.
Así como no hay cuerdas, tampoco se consiguen trastes porque son importados de China, dijo Delepianni. “Los fabricantes de cuatros estamos trabajando con algunas limitaciones. Esto debe mejorar. Tengo bastantes pedidos, pero el trabajo se retrasa”.
La familia vive del oficio
Adalberto Timaure, fabricante de cuatros en Carora, contó que heredó de su abuelo el oficio. Toda la familia se ha dedicado a esta laboriosa pero hermosa tarea. Adalberto atesora 12 años de carrera como luthier. “La crisis es cierta”, afirmó.
Indicó que las cuerdas no se consiguen desde hace tiempo, así como las clavijas, los trastes y el sellador para pulir los instrumentos.
“La madera difícilmente se consigue, no hay porque es importada, como el Palo Santo. Trabajamos con Cedro y Pino Caribe. Por algún tiempo la madera se obtuvo por medio del contrabando. Si se consigue es costosa, puede costar entre 15 o 20 mil bolívares, escapa de nuestras manos”.
Timaure explicó que ante las dificultades el precio del instrumento se incrementó bastante.
Por ejemplo, un cuatro para niños pasó de 800 a 2.500 bolívares, mientras que uno profesional, pasó de 12.000 a 40.000 bolívares. Sin contar que el galón de sellador, subió de 600 a 4.000 bolívares y el thinner de 110 a 2.000 bolívares.
“Los constructores de cuatros salimos a cazar los insumos. Igual como ocurre con la leche, la harina y el café. Esta situación comenzó en 2012 pero se agravó en 2014. Muchas personas vivimos de este oficio, no somos empresas, somos familias trabajadoras”, expresó el joven.
Oficio duro
Carlos González, es otro destacado luthier larense, quien reiteró que los materiales están muy escasos. “Las cuerdas, clavijas y trastes vienen de Estados Unidos, China y España, al igual que algunas maderas.
Desde el año pasado no se consiguen, por lo cual estos materiales se han vuelto muy costosos. Se triplicó el costo de la materia prima. El cuatro profesional más económico tiene un valor de 45 mil bolívares”.
Aseguró que la salida es adquirir estos insumos por internet, a través del comercio electrónico, en dólares. González especificó que los proveedores no tienen insumos, entre estos La Mezquita en Caracas y Aníbal Suárez en Barquisimeto.
“Llamé a La Mezquita y me dijeron que posiblemente en 15 días tengan los accesorios. Cuando me inicié en el oficio mi maestro me dijo que era duro, pero ahora es doblemente duro. Podemos resolver con las maderas nacionales pero no hay accesorios. A veces entre los fabricantes tenemos que intercambiar piezas para ayudarnos”.
