La caída aparatosa de la producción, las políticas de expropiación y controles excesivos y los programas de alimentación cuya eficiencia es casi nula han ocasionado que en la Venezuela de hoy, abunde la desnutrición, la escasez y la política de importación.
Así lo expresó este miércoles Maritza Landaeta, miembro de la Fundación Bengoa, quien destacó que gracias a las expropiaciones iniciadas por el presidente Hugo Chávez, la producción nacional de alimentos pasó del 70 % de autoabastecimiento a solo el 30 %. Quién se ve afectado.
Las familias más pobres, pues han dejado de consumir proteínas para comer tubérculos, porque es menos costoso y se consigue con mayor facilidad. Mientras que los programas del Gobierno sólo se han limitado a repartir alimentos de baja calidad nutricional.
“El venezolano dejó de consumir habitualmente proteínas. En nuestro país no se había visto jamás cuadros de desnutrición tan severos como los que se ven actualmente. Hacen falta 19.6 salarios mínimos para poder comprar la canasta alimentaria. Las familias más pobres están teniendo sólo dos comidas al día desde 2016, además de que las mismas son deficientes”, destacó Landaeta.
Además, indicó que la fundación ha conocido sobre casos de suicidios ante la desesperación de no poder satisfacer el consumo de los alimentos para una familia. Es importante recordar que la pérdida de peso en promedio es de 9 kilos.
Nhelsyr González, representante de la organización Acción Campesina, aportó que por darle prioridad a un modelo importador teniendo tierras tan fértiles, se ha incrementado la figura del suicidio, como lo relataba Landaeta, así como el sacrificio de caballos y el robo de las pocas siembras que se da en los campos.
“También influye la falta de infraestructuras. Y el Estado debe integrar a mujeres y jóvenes en el financiamiento y toma de decisiones para la producción agrícola; así como debe tomar medidas para prevenir las extorsiones por parte de los mismos efectivos de los cuerpos del Estado, quienes cobran para que los alimentos lleguen al consumidor final”, detalló.
Sergio Salvador, coordinador de Cáritas de Venezuela, expuso que las familias se están endeudando para comprar alimentos y los adultos mayores por lo general dejan de comer. Recordó que la mortalidad infantil ha aumentado a un 34 % y el 68 % de los niños en el territorio nacional sufren la desnutrición.
Considera que la estructura del Estado no es suficiente para resolver esta grave realidad, es necesario el aporte de organismos internacionales.