En un 90% se cumple el paro que mantienen los trabajadores de Corpoelec en la entidad larense. Más de 2.400 empleados se han sumado a la huelga general que se inició el pasado lunes 4 de julio, así lo informó Mario Briceño, primer vocal del Sindicato de los Trabajadores de la Energía Eléctrica de Lara (Sitiel).
Briceño destacó que la ausencia nacional al puesto de trabajo se ha sentido en todas las áreas de la empresa estatal.
Desde el miércoles 6 de julio a la fecha, permanecen paralizadas las actividades.
Una de las iniciativas más importantes fue el acompañamiento que hicieron los trabajadores de Lara a la marcha que se efectuó en Caracas el viernes 8 de julio.
“Todos los estados están cumpliendo con la paralización nacional. En Lara no hay oficina comercial abierta al público. Los trabajadores solo cumplen horario. La agencia de la avenida Vargas ha implementado un plan de contingencia que no les da resultado porque las personas que trabajan allí no están capacitadas”.
Explicó que a nivel técnico solo labora el personal de guardia, que atiende las averías por emergencia. La lectura no se registra desde hace cuatro meses por un pago adicional que se les adeuda a esos trabajadores.
Sorda
La empresa está sorda, de espaldas al problema de los trabajadores, indicó Briceño.
“Desde hace cuatro años experimentamos un paro técnico, ahora se concreta el paro general. El paro se radicalizó porque los trabajadores no pueden con esta situación”.
La marcha del viernes fue reprimida por los organismos del Estado: Guardia Nacional, Policía Nacional Bolivariana y colectivos armados intentaron impedir la acción, sin embargo, los marchantes llegaron hasta la Vicepresidencia de la República, donde los atendió el ministro Oswaldo Vera, quien designó una comisión permanente.
La premisa es: “nos firman el contrato colectivo o no levantamos la huelga”, expresó el representante de Sitiel.
“Esperamos la información de la comisión, mientras tanto, seguiremos paralizados totalmente en cada uno de los estados”.
Por su parte, el trabajador Jesús López, directivo de Sitiel y uno de los afectados durante la represión el viernes pasado, indicó que recibieron perdigones, golpes, bombas lacrimógenas, impactos por motorizados y amenazas de muerte por parte de los grupos irregulares.
“La empresa sigue sin ofrecernos respuesta alguna. El contrato está listo, resta que se le dé cumplimiento pero no hay respuestas, no sabemos si hay o no recursos para la firma de la convención colectiva, que tiene cinco años vencida. Hemos sacado a la empresa adelante con las uñas”.
Agregó que la operatividad de la empresa está totalmente en el suelo.
“No tenemos vehículos, no tenemos insumos, uniformes, lo cual es normado. Nosotros no vamos a levantar la lucha hasta que se firme la convención colectiva”, expresó el sindicalista.