El anuncio de aplicación del decreto que permite al Estado adquirir el 50% de los rubros producidos por el sector agroalimentario, a fin de que sean distribuidos a través de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), es una muestra más de que el gobierno no puede llevar las riendas del país solo, sin el apoyo del sector privado. Lo crítico de la circunstancias es el factor impositivo y de control que imprime el gobierno con dicha medida.
Tal aseveración fue realizada por Alberto Gámez, presidente regional de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), quien indicó que “el gobierno no es ni ha sido autosuficiente en el abastecimiento de alimentos”.
No obstante, “no dan su brazo a torcer para hacer alianzas justas con la empresa privada”.
Recordó que el Gobierno Nacional ya tiene el control sobre la distribución de alimentos, a través de las guías de despacho y distribución, por lo cual la medida sería ineficaz. Subrayó que el real problema es la caída productiva.
-En Mercabar ya obligan a los comerciantes a vender el 30% de la mercancía a los CLAP, pero sumado a esto, es un fortísimo control. Nos arrebatan la mercancía de las manos. Entonces, qué comida habrá en la calle. Siguen controlando incluso con precios desfasados y cada vez la mercancía en anaqueles es menor.
Expresó que con dichas medidas el gobierno coarta derechos a la alimentación y libre comercio.
En opinión de Gámez el Ejecutivo Nacional ha dado suma importancia a los CLAP, invistiéndolos de un poder, como comunidad, que los hace pensar que tienen la autoridad, incluso, para desviar a la fuerza gandolas de comida, como ocurrió el pasado martes en Empresas Polar de Chivacoa.
Gámez exhortó al gobierno a impulsar el libre comercio y permitir el libre desenvolvimiento a los empresarios, a fin de retomar la dinámica de la oferta y la demanda del mercado, para la fijación natural de los precios. A su juicio, difícilmente, durante el último trimestre de este año hayan medidas de rectificación. Sostuvo que este será el peor período de la historia.
Al centro de la ciudad
Gámez también denunció que las actividades del viejo Manteco han vuelto al centro de la ciudad, ya que cada vez con más frecuencia se aprecian camiones y ventas al mayoreo en plena vía pública, que fueron erradicadas del lugar hace más de tres décadas.
Apuntó que esto se debe, entre otras razones, al excesivo control y militarización del Mercado Mayorista de Barquisimeto (Mercabar), lo que ha generado temor entre algunos comerciantes. Es de recordar que la institución nace como una respuesta a la problemática de caos social e insalubridad en la zona, por la actividad comercial indebida. Los vendedores de aquel entonces fueron trasladados hacia dicho espacio.