Frases como “yo siento que mi pueblo pasa hambre, que mi pueblo sufre, pueblo demócrata, que no cree en el socialismo marxista fracasado, que ha traído tanta miseria, tanta hambre.
Me duele ver muchos venezolanos buscando comida en los basureros, qué tristeza, qué dolor. Me duele que tantos jóvenes profesionales están abandonando la Patria porque aquí no tienen oportunidades de crecimiento”, pronunciadas el sábado por el obispo de Barquisimeto, monseñor Antonio López Castillo, provocaron escozor en la dirigencia del PSUV.
Eso quedó evidenciado en la manifestación que un grupo de mujeres y hombres pertenecientes a esa tolda política realizó frente a la residencia del representante de la Iglesia católica en el estado Lara.
Muchos vistiendo franelas o camisas rojas con leyendas alusivas a Chávez, Maduro, las UBCH y pancartas en las que se leían frases como, “Soy chavista y soy mariana”, “Que se quite la sotana” o voceando consignas como, “Con Chávez y Maduro el pueblo está seguro”, se concentraron frente al D-47 de la Guardia Nacional y de allí caminaron hasta la residencia pastoral.
Allí intervinieron algunos de los líderes de la protesta, como Juana Colmenares, para pronunciar frases de rechazo a las de monseñor López Castillo, aunque no faltaron quienes lo hicieron de manera ofensiva.
De acuerdo a lo que se pudo observar, la mayoría procedía de la parroquia Juan de Villegas.
Monseñor López Castillo no se encontraba en la residencia.
Pasadas las 12 del mediodía comenzaron a retirarse en grupos sin ningún acto de violencia, dejando sus pancartas pegadas en el portón de acceso al inmueble.
En la tarde, el obispo dijo a EL IMPULSO que, seguramente, se trataba de personas dirigidas por quienes “no quieren que yo opine”.
El sábado ya había dicho, “no quieren que el obispo hable, pero no callaré defendiendo a mi pueblo”.