Leangel Linárez, oriundo de las tierras de Nirgua, en el gran estirón final tomó la cuerda para quedarse con la victoria en la fracción inicial de la I edición de la Vuelta a Lara juvenil, disputada en la calurosa tarde del jueves en la avenida Los Horcones de la capital larense.
Linárez dejó registro de una hora, 10 minutos y 52 segundos en los 44 kilómetros disputados, aunque inicialmente se tenían pautados 70, pero el mal estado de la vía llevó a los organizadores a recortar el circuito.
El mismo tiempo de Linárez lo marcaron en la raya Cristian Laya (El Tigre), José Molino (Táchira), Aníbal Natera (Kino Táchira) y Germán Rincón (Táchira), quienes fueron en ese orden los cinco primeros, conjuntamente con el resto de los competidores de un pelotón que inicialmente contó con 47 inscritos en representación de varias entidades del país, entre ellos el campeón nacional de ruta juvenil, Leonel Quintero, quien se mostró en varios pasajes de la jornada dada en el sector oeste de Barquisimeto, como uno de los integrantes de la principal fuga que se dio.
La vuelta juvenil de Lara en su primera edición es organizada por la Fundación Menor del ciclismo en la entidad, que tiene como tarea principal retornar a los grandes eventos del país como la Vuelta al Táchira, al igual como se hizo en el pasado, de acuerdo a las declaraciones de José Flores, uno de los mentores principales, al igual que José Luis Álvarez.
La fracción inicial dio emociones intermedias, tres sprints en total, en los que se lucieron Leangel Linárez (Nirgua) en el primero, Carlos Peña (Lara) en el segundo y Deins Hernández en el tercero.
Hubo una fuga de cinco pedalistas, entre ellos Peña y Quintero, que alcanzó a tomar como diferencia máxima 33 segundos, hasta que a falta de cinco giros para el final se produjo la reacción de los fogosos juveniles para que se diera un remate colectivo.
La segunda jornada de las cuatro previstas, con remate el lunes 12 de octubre con un circuito, se dará desde Barquisimeto hasta Sanare y la siguiente, tercera llevará a los pedalistas hasta Cubiro porque se quiere probar a los juveniles del país, especialmente los laranses, en sus capacidades para el terreno escarpado.
