Este es un Festival diferente al de otros años, de eso ya no hay dudas. Y un detalle importante que marca esa distinción es el haber eliminado las tradicionales Antorchas de Plata y Oro (creadas en 1983 en honor a las antorchas de papel que la gente encendía en las graderías de la Quinta Vergara), para dejar sólo las Gaviotas, aves que abundan en el cielo de la ciudad chilena.
Estos premios se entregaban de manera escalonada dependiendo de la performance del artista y su persuasión hacia los asistentes. Su aplazamiento se debió a las innumerables críticas del público y de la prensa que sostenían que se obsequiaban en muchas ocasiones sin mérito alguno, en donde a veces desde la Antorcha de Plata a la Gaviota de Oro transcurrían escasos 20 minutos de show.
Algo así como galardones exprés o delivery de distinciones. Con la cancelación de dichos premios se pensó que las Gaviotas obtendrían un mayor valor simbólico y que ni siquiera las máximas estrellas convocadas en este 2015 podrían rozar la Plata de sus alas. Pero no fue así. Tanto los argentinos Vicentico y Pedro Aznar, como el humorista chileno Leon Murillo y los boricuas Cultura Profética que se presentaron en la cuarta jornada, se llevaron todos los laureles.
El ex Cadillacs abrió la noche sin sorpresas y repasando todos sus hits, tanto de la etapa del grupo (que cumple 30 años de carrera) como de la etapa solista. Un desalineado y casi desafinado Vicentico regaló las canciones Ya no te quiero, Un diamante, Siguiendo la luna y Algo contigo entre otras junto al plus de una versión acústica de Vasos vacíos.
Asimismo, le dedicó la canción El rey del rock & roll a Cerati. “Esta es con amor para Gustavo”, sentenció. Además, añadió que “es una noche especial, la presencia de Gus es muy importante aquí”.
En medio de su presentación, también tuvo palabras para los fanáticos, señalando que “es un honor y un placer muy grande poder tocar esta noche con ustedes. Nos sentimos muy honrados que nos hayan invitado nuevamente”.
El bloque de humor fue destinado en esta oportunidad para el actor y guionista León Murillo que basa su trabajo de comedia desde el stand-up. Para ser sinceros, nadie le tenía mucha fe y hasta se pensó que sería el primer bocado que el Monstruo deglutiría con prisa y sin pausa. Pero utilizó en los primeros minutos un recurso que casi nunca falla para conquistar a este auditorio: críticas al Gobierno con nombres y apellidos y una alta dosis de humor ácido. Punto a favor y dos Gaviotas para casa con un 38 de peak de encendido.
