Recientemente la Alcaldía de Palavecino ejecutó obra de construcción de gaviones y revestimiento de losas en quebrada Tabure, sectores canal de valle Hondo y Tabure Villas con una inversión cercana a los 400 mil bolívares.
No obstante, debido a la fuerte precipitación caída la semana pasada sobre la jurisdicción, el caudal del afluente desprendió varias losas, tanto de la rasante como de los taludes, arrastrándolas aguas abajo.
María Elena Colmenares, vocera de vivienda y hábitat del consejo comunal La Ribereña II, reseñó que luego de casi cuatro años luchando para que el municipio recuperara el canal embaulado de la quebrada, en condiciones precarias, “ejecutaron trabajos de remoción y reparación de losas desprendidas, pero parcialmente, lo que generó que con el aguacero registrado la semana pasada, dichas losas se levantaran y rodaran aguas abajo, trayendo como consecuencia, una cárcava en el canal y erosión de taludes”.
Canal en ruina
Colmenares destacó que la situación fue reportada a Ingeniería Municipal para que en la brevedad posible se reparen los daños ocasionados por las crecidas.
Anotó que aguas arriba, el canal está totalmente arruinado, con losas desprendidas, cárcavas tanto en los taludes como en la rasante.
Atestigua que la falta de mantenimiento ha ocasionado que los árboles y la maleza hayan tapado completamente el canal.
Zancudos y epidemias
Producto del desprendimiento de las losas de la rasante en el canal de la quebrada Tabure, concretamente en Valle Hondo y Tabure Villas I, se forman grandes diques que almacenan agua de cloacas lanzadas por la invasión de Villa Esperanza a un canal de desagüe construido por privados como canal de drenaje que desemboca en el afluente en cuestión.
-Esto ha generado, aparte de olores insoportables ya que son aguas servidas, una ola de zancudos y roedores, aparte de las epidemias de diarrea y vómitos entre la población infantil, aseguró Colmenares.
En un recorrido de este medio de comunicación por dentro del canal de la quebrada, se pudo verificar que corre constantemente agua pese a los días sin lluvia.
Ya en la invasión de Villa Esperanza, se constató que hay incluso tuberías de aguas cloacales empotradas desde ranchos descargando al canal en tierra.
Colmenares amplió que “toda esta porquería atraviesa gran parte de las urbanizaciones de las parroquias Cabudare y José Gregorio Bastidas, con conocimiento de la Oficina de Planificación y Desarrollo Urbano, lo que atenta contra la salud de miles de vecinos, tanto en el sector urbano, como en el rural”.
