La mejor forma de conocer el funcionamiento de un sistema, institución o sector del país, consiste en abordar directamente a los involucrados en el proceso, así como a quienes se benefician del servicio.
El sector educativo de una nación ocupa un r importante en su desarrollo y en el caso de Venezuela, el sistema ha sido epicentro de distintos cuestionamientos por la disminución de la calidad y por los intentos deEjecutivo nacional de modificar el enfoque, la estructura, la valoración, la orientación de contenidos y la supervisión de los procesos que se desarrollan en la modalidad de la educación básica.
“Iniciativas gubernamentales como la Resolución 058, los contenidos de la Colección Bicentenario y Consulta Nacional sobre Calidad Educativa, han generado grandes polémicas públicas y han logrado la movilización activa tanto de los centros educativos, especialmente los que ofrecen educación privada, como de la comunidad de padres y representantes en todo el país.
Es evidente, en el discurso oficial, que los propósitos de estas iniciativas gubernamentales son los de ideologizar y politizar la educación, a fin de ajustarla a los objetivos del Plan de la Patria, proyecto político dirigido a imponer un modelo socialista en Venezuela”, explican los representantes del Foro Cerpe (Centro de Reflexión y Planificación Educativa fundado por la Compañía de Jesús para el estudio de la educación en general y, más en particular, para el apoyo en la planificación, coordinación, seguimiento y difusión de sus políticas e instituciones educativas en Venezuela.
El ambiente de inquietudes en el ámbito educativo, estimulado por las limitaciones apreciadas por muchos especialistas en la orientación y metodología de la Consulta Nacional sobre Calidad Educativa, impulsó a los académicos del Foro Cerpe a realizar estudios complementarios para pulsar la opinión pública en torno a aspectos como el grado de satisfacción con la oferta educativa nacional y las posibles causas de dicha satisfacción o insatisfacción.
Las expectativas de padres y madres sobre la educación de sus hijos, los significados de la calidad educativa en sus resultados, las percepciones y exigencias existentes en la población sobre factores que inciden en la calidad de la educación básica y el grado de conocimiento y la valoración de propuestas gubernamentales para la reforma educativa, son elementos claves de los estudios que llevaron a cabo los especialistas de manera independiente, entre ellos uno denominado “Exploración de valoraciones y creencias sobre la Educación Básica en Venezuela”.
El contenido del estudio es resulta de una encuesta de opinión nacional y de un estudio cualitativo con grupos focales, realizado en agosto de 2014 y que forman parte de la serie Educalidad impulsada por el Foro Cerpe durante ese año.
El informe sobre dicho estudio fue preparado en Cerpe, por Maritza Barrios, con apego a los datos y gráficos de la medición nacional de opinión pública de la firma “Alfredo Keller y Asociados”, “correspondiente a la segunda quincena de agosto 2014, así como en los protocolos de análisis y las transcripciones de las sesiones de grupos focales realizadas por investigadores de dicho grupo en el mismo lapso”.
El documento se encuentra disponible en la web del Foro Cerpe, abierto a su divulgación por parte de los medios de comunicación del país, con el debido respeto a los créditos.
La consultora independiente Alfredo Keller y Asociados se especializa en investigación de la opinión pública, con más de 30 años de trayectoria en 17 países latinoamericanos, fue la encargada del estudio preliminar de carácter exploratorio con dos aproximaciones metodológicas: una de carácter cuantitativo y la otra cualitativa.
Medición nacional
De común acuerdo, entre miembros del Grupo Foroerpe e investigadores de Keller, se diseñó un cuestionario con diez preguntas sobre el tema educativo, “tomando en cuenta las realizadas por esta firma en su encuesta nacional del 2009, para pulsar posibles variaciones en la opinión pública. En algunos casos, las preguntas fueron de tipo cerrado con opciones para escoger, en otros se pidió una respuesta abierta con categorías precodificadas para su análisis estadístico”.
A los entrevistados, una vez comprobado que en sus casas había menores de 18 años, se les preguntó por su asistencia a instituciones educativas: si van todos los días, si de vez en cuando o si no van nunca. Por limitaciones en la extensión del cuestionario, las siguientes preguntas se formularon solo al grupo que respondió que “van todos los días” o “van de vez en cuando”, representados e 56% de las familias consultadas, explica la introducción del trabajo.
“El estudio focaliza en la educación básica escolarizada: inicial, primaria y secundaria, sin discriminar entre estas fases, salvo en algunas preguntas que específicamente mencionan la educación primaria”.
El cuestionario incorporó además, como es usual, preguntas destinadas a identificar el nivel educativo de los entrevistados, así como otras variables socio-demográficas que permiten el análisis de diferencias en las respuestas según clases sociales y, en algún caso, por la orientación política.
En los resultados, “lo primero que llama la atención, es la diferencia del perfil educativo de los entrevistados entre el 2009 y el 2014, siendo como han sido controladas las variables demográficas que tienen que ver con el diseño de la muestra.
Si bien se aprecia un mayor porcentaje de quienes tienen niveles de educación secundaria y técnica, disminuyen los que afirman haber logrado terminar una carrera de nivel universitario o un postgrado”.
Dicha situación evidenciada por los especialistas será tomada en cuenta para próximos análisis o estudios complementarios.
“Se preguntó a los consultados si en su casa (familia) había menores de 18 años. El 61% de los entrevistados respondieron afirmativamente, el 36% en negativo y el 3% no contestó. Es importante notar que del 61% que contestó afirmativamente, 56% expresó que los menores van todos los días a clases y el 5% ocasionalmente o nunca. Extrapolando al 100% de familias en la muestra con menores (niños y adolescentes), se tiene qu8% está fuera del sistema escolar”.
La escuela es útil para la vida
La percepción acerca de la utilidad de lo que aprenden los niños en la escuela primaria es relativamente alta: el 40 % respondió que era algo útil y el 35% mucho, par total de 75%, contra24% que la considera algo o muy inútil (1% no sabe o no contestó). “En contraste, esta percepción positiva de la educación primaria cambia radicalmente a negativa, cuando se valora la utilidad de la educación secundaria para enfrentar la vida”.
Los resultados de esta valoración varían según la clase social del entrevistado. “Es en el nivel más bajo (estrato “E”) donde se tiene una apreciación significativamente más alta, lo que es posiblemente consistente con expectativas más altas de progreso social asociadas a la educación de los hijos”.
También se aprecian diferencias en la valoración por regiones geográficas. “La apreciación general de acuerdo con la utilidad de los estudios de primaria es significativamente más alta en la región Central (84%) y Capital (81%). El cuestionamiento (mucho o algo inútil) es mayor en Los Llanos (37%), Los Andes (69%) y Occidente (30%)”.
¿Qué aprenden los niños en la escuela?
En las preguntas sobre qué valoraban como lo más importante que estaban aprendiendo los niños en la escuela, “se pidió una respuesta libre, que fue registrada en una lista de posibles opciones precodificadas.
El 66% expresó: ‘conocimientos básicos’ (matemática, lenguaje, geografía…); el 13% dijo a ‘ser creativos y con personalidad’; el 6% a ‘ser buenos ciudadanos’; el 5% a ‘respetar los valores y las tradiciones’; el 2% a ‘cómo hacer amigos’; el 2% ‘actividades artísticas’; el 2% a ‘entender las leyes y la política’; y el 1% a ‘mantenerse saludable’ (el 3% otras cosas o no contestó)”.
Tales resultados se compararon con los obtenidos en la encuesta nacional de 2009, realizada por Keller, cuando se presentó una pregunta cerrada para seleccionar entre cinco opciones y arrojó las siguientes cifras: 38% a ‘ser creativos y con personalidad’; 22% ‘conocimientos básicos’; 17% ‘respetar valores y tradiciones’; 10% ‘mantenerse saludable’; y 7% ‘entender leyes y políticas’.
“Pareciera que en una respuesta espontánea sin referentes claros, surge el conocimiento o lo intelectual como lo más valorado, pero al pedir una selección, con mayor reflexión y referentes, se estaría valorando más lo que tiene que ver con el crecimiento humano-social del niño. Se trata de otro punto para profundizar en futuros estudios y que nos obliga a interpretar siempre los resultados de las encuestas, desde los condicionantes que se derivan de las preguntas”.
Se trata de datos cuantitativos importantes aportados por el Foro Cerpe junto con la consultora Keller, que sirven para la reflexión de todos los involucrados en el quehacer educativo del país y para quienes se encargan de diseñar las políticas públicas en la materia.
Reclamos de urgencia
En la experiencia de la población de los padres, madres y representantes, que día a día se enfrentan con la realidad de la educación de sus hijos y la vivencia de su relación con los planteles a los que asisten, los especialistas del Foro Cerpe encontraron reclamos de urgencias y aproximaciones al tema mucho más sabias que las aportadas por académicos y funcionarios de gobierno.
“Por eso quisimos profundizar en sus opiniones y ‘ser voz’ de un grupo de ellos, a través del estudio cualitativo”, que se encuentra disponible en el sitio de internet del Foro.
Esta parte del estudio contribuye en la explicación, a modo complementario, de los hallazgos cuantitativos de la encuesta nacional de Keller.
“La crítica más extendida hacia las escuelas primarias apunta a la escasa atracción que despierta en los niños por pérdida de motivación y de capacidad pedagógica de los maestros. En la educación media, la crítica inicial y espontánea es de ética y de disciplina: ausentismo de profesores, violencia, chantaje de los alumnos hacia los profesores amparados en la LOPNA, profesores mal pagados que no comprenden a los muchachos y falta de actividades extracurriculares”.
Valoración de la calidad educativa
La percepción de la calidad de la institución educativa a la que asisten niños y adolescentes también fue abordada. “Se inclinan hacia una valoración positiva el 57% de los entrevistados y a una negativa el 11%”.
Se observa en la encuesta que a más baja la clase social, mayor es el grado de satisfacción con la calidad: en el estrato “E” 73% positiva y en el estrato “ABC+” 41% positiva. “Dicho de otro modo, a más alta la clase social, mayor es la exigencia de lo que se espera de la escuela”.
La misma pregunta se formuló en la encuesta nacional de 2009, encontrándose un grado global de satisfacción del 74% positivo. “Es decir, hay una disminución de 17 puntos, lo que confirma la percepción de muchos sobre la tendencia a la baja en la calidad de la educación que están recibiendo nuestros niños y adolescentes”, explica Maritza Barrios en el informe.