El Tribunal Supremo de Justicia condenó el viernes la aplicación de sanciones por parte de Estados Unidos a funcionarios venezolanos activos y retirados, acusados de violar derechos humanos e incurrir en actos de corrupción.
El máximo tribunal venezolano ordenó además promover un debate en la región para desmontar un supuesto plan para desestabilizar al gobierno del presidente Nicolás Maduro.
La Sala Constitucional del Tribunal Supremo manifestó su «categórico rechazo a las maniobras de desestabilización del orden interno, así como las referidas acciones tomadas por el Congreso y gobierno de los Estados Unidos… infamantes y lesivas a la dignidad del pueblo de la República Bolivariana de Venezuela», informó a la prensa la presidenta del Tribunal, Gladys Gutiérrez.
Las sanciones aprobadas por el Congreso estadounidense y la ley firmada por el presidente Barack Obama en diciembre implican la suspensión de visas y el congelamiento de activos en territorio estadounidense de funcionarios venezolanos acusados de violar los derechos humanos durante las protestas callejeras que sacudieron al país sudamericano a comienzos del año pasado y que dejaron 43 muertos.
Gutiérrez expresó que las sanciones tendrían el «único objeto de atentar contra el estado social de derecho, pretendiendo una ruptura del hilo constitucional… y de quienes ejercen legítimamente el gobierno».
El pronunciamiento se produjo casi tres semanas después de que Maduro propusiera al Tribunal que se declarase en defensa de la soberanía del país y promoviese un debate «entre instituciones judiciales, Corte Suprema, poderes judiciales de toda Suramérica» y otros aliados en la región para «desmontar el pretendido derecho imperial « de Estados Unidos de aplicar sanciones.
El Tribunal comisionó al Ministerio de Relaciones Exteriores para «remitir copia del acuerdo a cada uno de los altos tribunales y cortes de los estados» pertenecientes a alianzas regionales como la UNASUR, el CELAC y ALBA.
La relación entre Venezuela y Estados Unidos ha sido tensa en los últimos años pero ello no ha afectado el intenso intercambio comercial que mantienen ambos países, especialmente en el área petrolera.
