El problema sanitario en el Hospital Central Antonio María Pineda, se ve a simple vista. En horas de la mañana, se puede apreciar una cantidad de bolsas de basura acumuladas en las puertas del ascensor de cada uno de los pisos.
Son cuatro ascensores que tiene el principal centro asistencial de salud de la entidad. Uno debería usarse para la entrega de comida, otro para bajar los desechos, y dos para los pacientes y visitantes, pero sirve sólo uno y allí bajan los desechos junto a los pacientes.
Humberto Sandoval, vicepresidente de Somir, indicó que esta situación es grave y que ha sido denunciada. Por medio de esos traslados junto a la basura, los pacientes se pueden infectar y contaminar, además que estos desechos hacen que aparezcan los vectores zancudos, insectos y roedores, explica Sandoval.
Asimismo se observa las ventanas sucias y algunas quebradas.
Algunos residentes que no quisieron identificarse, comentaron que muchas de las áreas son aseadas cuando hay visitas e inspecciones, de lo contrario, son abandonadas y utilizadas como depósito y refugio de animales.
Este es el caso de uno de los baños de Cuidados Intermedios, porque cuando se paró la remodelación se convirtieron en guarida de ratas, y según las autoridades, las tuberías que allí quedaron abiertas, se conectan con el sótano y es por allí donde se suben estos animales.
Francisco Rojas, director del Antonio María Pineda, asegura que el 85 % de la basura de la parte externa e interna del Hospital, viene de parte de los vendedores informales y de los mismos familiares, quienes pasan alimentos adentro del centro asistencial.
Por otra parte, se encuentran la acumulación de escombros, productos de las obras realizadas por la Gobernación del estado, que según sus representantes serán limpiados en los próximos días.
Pero según los médicos, los arreglos se están haciendo porque las “ollas fueron destapadas” por parte de los residentes.
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