Reducir las horas de trabajo, comprar cauchos y baterías usadas, son algunas de las opciones que han tomado los conductores de las diversas líneas de rapiditos que prestan sus servicios en Barquisimeto, para alargar la vida de sus vehículos.
Desde hace dos años comenzaron a tener problemas los transportistas para adquirir las baterías y cauchos de los vehículos, hasta el punto que desaparecieron del mercado. Las consecuencias son vehículos parados dentro de las líneas.
En Expresos 21, de cien vehículos, al menos 30 están parados comentó uno de los trabajadores. Jesús Daboin, quien tiene 16 años trabajando como transportista, indica que ha reducido sus jornadas de trabajo con la finalidad de no rodar tanto el vehículo, porque no consiguen cauchos. Colocó los cuatro en 14.000 bolívares y ahora por uno solo le quieren cobrar 50.000 y una “chiva” (caucho usado) lo consiguen entre 8.000 y 10.000. Lo mismo pasa con las baterías que tienen un costo menor a tres mil bolívares y las venden entre 18.000 y 20.000 bolívares.
A Marcial Medina le tocó por un tiempo parar su vehículo. En los 23 años que tenía trabajando nunca le había pasado, pero la falta de repuestos tocó sus puertas.
Dicha situación ha hecho que disminuya la presencia de vehículos en las calles y por ende han aumentado las colas en las paradas. Sumado a la escasez también están renuentes a prestar sus servicios hasta tarde porque la inseguridad no les da tregua.
Dando repuestas
Ilic Gómez, presidente del Sindicato de Trabajadores del Trasporte Público del estado Lara (Sintrapel), comenta que son alrededor de 1.800 vehículos inscritos en el sindicato y cuentan con más de dos mil agremiados. Son 42 líneas las que prestan sus servicios en Lara.
Han estudiado la situación y saben que al menos el 30 % de la flota de vehículos por organización tiene deficiencias y necesidades, requiriendo algún tipo de repuesto.
Desde la proveedurías se están enviando cauchos y baterías. Se entregan a los presidentes de las líneas y son ellos quienes los distribuyen a los transportistas que lo requieren, sin embargo los controles han sido estrictos para que no se preste a la reventa.