Luego de establecer un consejo consultivo sobre las debilidades y amenazas que conllevan la ejecución del proyecto Transbarca, el Sindicato Único de Trabajadores del Transporte Automotor (Suttasel), se dirigió ante los medios de comunicación a objeto de fijar posición por la exclusión de sus labores en el nuevo sistema de transporte masivo. Advirtieron que, si el Estado no llega a un acuerdo con los conductores, tomarán medidas radicales que comprometan la inauguración pautada para el venidero mes de septiembre.
Giovanny Peroza, secretario general de Suttasel, presidió las declaraciones en la sede del sindicato, manifestó que los transportistas no fueron tomados en cuenta en el proyecto pese a la asignación de un rol en el anterior sistema de trolebuses, lo cual genera alarma e inquietud en su futuro como sustento de la base económica de sus hogares.
“En el proyecto anterior mantuvimos conversaciones con el Ministerio de Transporte, donde expusimos todas las necesidades y beneficios que nos iban a otorgar tales como: jubilación del transportista, pago de pensión y seguro social. Además de laborar en las rutas alimentadoras con nuevas unidades otorgadas a través de créditos blandos mediante facilidades de financiamiento con miras de modernizar el parque automotor. Sin embargo, se paralizó el proyecto y todo eso quedó allí, en el olvido”.
En ese sentido, por la reactivación del nuevo Transbarca, los transportistas tienen la intención de retomar las conversaciones con el Gobierno Nacional a fin de establecer los mismas responsabilidades antes tratadas. Pero, Peroza desmiente algún acercamiento de parte del Ministerio del Transporte, o en su defecto a nivel municipal, con la Alcaldía de Iribarren.
“Se gastaron millones de dólares que pudieron ser destinados a la compra de nuevas unidades de transportes en los Municipios Iribarren y Palavecino. Ahora vienen con unos autobuses Yutong en el eje central y comprarán otros para complementar las rutas metropolitanas. Por lo tanto a los transportistas tradicionales no nos van a incluir en el sistema. Ese es el premio que vamos a recibir los conductores tras 80 años de servicio público”.
“Este proyecto ha sido el más escondido de todos los implementados en la región, de por sí, el Colegio de Ingenieros está pidiendo los informes para conocer como está estructurado el proyecto. El pueblo larense desconoce ese nuevo sistema y sufre las consecuencias de ello con el congestionamiento de la ciudad”.
En consecuencia, de no ser escuchadas sus exigencias, advirtió que no van a permitir la inauguración del sistema de transporte masivo, debido a las más de 30.000 familias perjudicadas por la exclusión de las funciones de los transportistas. Indicó Peroza al tiempo que sus compañeros respaldaban sus declaraciones mediante consignas y aplausos.
“Nosotros sabemos que nos van a tildar de guarimberos, saboteadores o guerrilleros; pero tenemos moral para reclamar la inclusión al proyecto Transbarca. Hemos prestado este servicio de manera muy humilde a pesar de todas las fallas y desaciertos. Siempre estamos dispuestos a trasladar al colectivo de la mejor manera”.
Pésimas condiciones
Entre tanto, Peroza añadió que los conductores a diario deben sobrellevar una serie de obstáculos cuando desempeñan su labor. Inseguridad, vialidad destrozada, pagos impuntuales e inflación son las causas más comunes que deteriora su trabajo.
“Prestamos este servicio a pesar de la delincuencia desatada que no nos deja trabajar, con una ciudad hecha un desastre por su destrozadas vías que comprometen la integridad física de los vehículos, sin pagos puntuales de los subsidios estudiantiles y exoneración a personas de la tercera edad, sufriendo las consecuencias de una acentuada inflación y el aumento descontrolado de los repuestos por políticas económicas ineficientes. Nuestra actividad requiere de mucho compromiso y exigencia”.
Finalizó, al informar que tanto el Sindicato Automotor como la Federación Nacional de Transporte, van a seguir luchando por la defensa de los trabajadores. Aún sigue prestos a diálogo.
