Miguel Ángel Díaz Poleo recibió una llamada de su hermano Víctor Hugo, de 26 años, la mañana de ayer, y le dijo que había tenido un accidente leve, cuando pasaba cerca del inicio de la autopista Andresote, a la altura del monumento a José Gregorio Hernández, pero que estaba bien y no le había ocurrido nada.
Miguel Ángel se fue al sitio para auxiliarlo, pero cuando llegó lo encontró muerto en medio de la vía, junto a otros dos cadáveres que luego fueron identificados como Iria Zulay Vivas Rojas, de 25, y Andrés Eduardo Cavet Moreno de 22.
El cuerpo de Víctor Hugo quedó en el sentido a Veragacha de la vía, boca arriba. Su hermano quedó consternado cuando vio que no había nada qué hacer.
La madre del fallecido contó en la morgue que Víctor Hugo fue a una fiesta en la urbanización El Recreo de Cabudare, cerca de su casa, durante toda la noche. Cuando amanecía salió de la celebración y se montó en su Chevrolet Caprice blanco, para llevar a algunos amigos al centro de Barquisimeto.
Cuando regresaba a eso de las 5:00 de la mañana a Cabudare, a la altura del Monumento a José Gregorio Hernández, a pocos metros de la rampa que conduce a Santa Rosa, su vehículo quedó fuera de control, salió de la vía y se estrelló contra un cují de la zona.
Víctor Hugo resultó ileso, bajó del carro y trató de rescatar a Karla Ure Piña, de 20, quien presentó heridas menores.
En el lugar se paró una camioneta Dodge van de la Cooperativa de Transporte Luz y Libertad, que transportaba a un grupo de cristianos, quienes trataron de auxiliar a los lesionados y orar por ellos. Luego se paró una camioneta Iveco, de la Cooperativa Jehosana, que cubría la ruta Barquisimeto- Yaritagua. El conductor se detuvo, aparentemente para ver si podía auxiliar a los heridos.
Unas 20 personas estaban en el lugar del accidente, que lucía oscuro y solo, cuando de pronto, en medio de las tinieblas, una Toyota Meru con dos hombres a bordo se estrelló contra los tres carros. El impacto acabó con la vida de los tres jóvenes. Los hombres bajaron del carro y huyeron sin dejar rastros. Las tres personas murieron de manera instantánea.
El cuerpo de Andrés Eduardo Cavet Moreno, también quedó en plena vía, en dirección a Veragacha.
Su padrastro, que no quiso identificarse, contó que Andrés regresaba de su trabajo como personal de seguridad en una tasca ubicada en la avenida Venezuela con Bracamonte, cerca de La Flor de Venezuela. “Iba a su vivienda en el sector La Tierna, de Yaritagua, cuando la unidad en la que viajaba se detuvo y él, supuestamente, trató de auxiliar a los heridos”.
El familiar comentó que se trataba de un joven muy tranquilo y sano, que lo único que hacía era trabajar y estar pendiente de su hija de tres años. Llevaba seis meses trabajando en el local nocturno.
“Nos llamaron a las 9:00 de la mañana, para decirnos que había muerto en un accidente. Es muy lamentable, se trataba de un muchacho tranquilo y muy trabajador”.
A un lado de la vía quedó tendida Iria Zulay Vivas Rojas, de 25, también regresaba a su casa en la avenida La Mora de Yaritagua, luego de trabajar toda la noche como cajera en la discoteca de la Venezuela con Bracamonte. Era compañera de Andrés Eduardo Cavet.
Llevaba tres años trabajando en el centro nocturno y deja una hija de tres años.
Una hermana que llegó a la morgue del Hospital Antonio María Pineda, la describió como una mujer tranquila y trabajadora. “Nos dijeron que ella se bajó, trató de ayudar a unos heridos y de pronto dos hombres en una Camioneta Meru, les llegaron y luego se dieron a la fuga”.
Dolor
Escenas de dolor se observaron la mañana de ayer en las afueras de la morgue del Antonio María Pineda. Familiares se abrazaban unos con otros dándose consuelo, por la inesperada pérdida. Unas 30 personas de las tres familias llegaron para tramitar la entrega de los cuerpos y acompañar a sus seres queridos.
De los dos hombres que ocasionaron el accidente no se tenían detalles hasta la tarde de ayer.
