Los pronósticos que han estado haciendo las más prestigiosas empresas de consultoría y análisis económico y los más reputados economistas venezolanos, en torno al comportamiento y evolución de la economía para el cierre del año, no son precisamente muy alentadores, ya que adelantan que no habrá crecimiento, la inflación oscilará entre 47% y 55% de acuerdo con el comportamiento de los precios del petróleo y el riesgo país encarecerá los nuevos endeudamientos que necesariamente tendrá que hacer el país.
La agricultura o sector primario como también se la conoce, está haciendo aguas, no solo por la falta de divisas, que son imprescindibles para la adquisición de 4.817 tractores que hace falta en el campo, para reponer los equipos obsoletos, muchos de los cuales están paralizados por falta de repuestos; sino también por la indefinición oficial en materia de precios justos, aún cuando periódicamente presentan a los organismos competentes sus estructuras de costos, a la espera de que sinceren los precios para no seguir produciendo a pérdida, amen de la ausencia de insumos como fertilizantes, herbicidas y fungicidas que son fundamentales para garantizar la salud de las siembras y la productividad de las cosechas.
El sector manufacturero venezolano ha señalado que mientras no exista una garantía de suministro de divisas, en forma suficiente y oportuna por parte de Cadivi de manera que puedan planificar sus importaciones de materias primas e insumos, resultará cuesta arriba reponer los inventarios, mucho menos incrementar la producción nacional en forma significativa, aún cuando existe en el país en estos momentos una capacidad ociosa en el parque industrial superior al 45% que solo requiere de insumos para operar con una mayor eficiencia.
Los comerciantes también han estado elevando sus voces de reclamo, por cuanto en su gran mayoría han sido excluidos de las subastas del Sicad, indicando que las últimas que se han realizado han demostrado que deben ejecutarse con una mayor periodicidad y los montos ofertados tienen que al menos duplicarse para que puedan solventar en alguna medida la avidez de divisas que existe en el mercado venezolano.
Pronostican los especialistas que a esta sequía de divisas que impide un aumento de la producción interna, se suma otra variable de gran importancia como es la caída en el consumo como consecuencia de la erosión del poder adquisitivo del salario de los trabajadores derivada de la devaluación, que a su vez encarece los precios de los bienes y servicios impactando negativamente los salarios reales.
Se comenta que el Gobierno ante la realidad explosiva de una inflación irrefrenable, no solamente va a concretar el prometido 10% en septiembre, sino que ya es un hecho que volverá a incrementar el salario en otro 10% en el mes de noviembre, consciente como está de que por la vía del aumento de la producción interna, no se reducirá esta variable y, además ha quedado demostrado que los controles aplicados por la Sundecop tampoco han dado los resultados esperados.
Evidentemente el Ejecutivo seguirá insistiendo con el Sicad, pero tendrá que revisar su funcionamiento, porque en la segunda subasta se ofertaron US$ 200 millones y en la tercera la oferta se redujo a US$ 180 millones y el número de sectores participante se incrementó en forma significativa, lo que lejos de aclarar el panorama lo distorsiona aún más.
Mantener el Sicad
Sin embargo, a pesar de todas las críticas y cuestionamientos que los distintos sectores han hecho al Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad), lo cierto es que el Ejecutivo tratará de seguir perfeccionándolo, por cuanto ha descubierto que es una forma de mantener una devaluación constante del tipo de cambio, obteniendo ingresos adicionales que no estaban previstos.
Por otra parte, en la medida en que el mecanismo se flexibilice y permita tanto a personas naturales y jurídicas, públicas y privadas participar ofertando las divisas que tengan en su poder, reducirán la presión contra las reservas del Banco Central de Venezuela y también estarán haciendo un buen negocio enmarcado dentro de la legalidad, tal como ocurrió en la última subasta donde sectores distintos al instituto emisor, ofertaron en la subastas un monto estimado en 16 millones de dólares, lo cual ha sido calificado como altamente positivo por el Ministro de Finanzas que espera que estos montos sigan aumentando, en la medida en que se afiance el Sicad como fuente alterna de divisas, lo cual será posible en la medida en que se escuchen y se atiendan las recomendaciones de los distintos sectores de la empresa privada.
El sector del comercio y los servicios, por ejemplo, ha señalado que requiere semanalmente US$ 400 millones, es decir US$ 1.200 millones al mes y 14.400 millones al año, por lo que están convencidos de que el Sicad no les va a solventar sus problemas, situación que se vive en otros sectores que requieren montos en divisas muy superiores a los que se están generando en las subastas del Sicad.
Por todos los medios el Ejecutivo sigue tratando de ganar tiempo, corriendo la arruga y estirando los escasos recursos de los cuales dispone, por cuanto las reservas están palo abajo, ya que han pasado de US$ 29.750 millones para el 2 de enero de 2013 a US$ 24.420 millones a la fecha, perdiendo en lo que va de año US$ 5.330 millones, estimándose que para septiembre se harán nuevas emisiones de deuda para poder seguir alimentando al Sicad, pero la verdad verdadera es que no hay dólares.
