Sometidos a Cuba, hipotecados a China

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Recientemente realizaba un trámite en un organismo público y una de las funcionarias, al recibirme la carpeta en una de las taquillas, me dice: “como se nota que esto se lo organizaron en la oficina aquella (señalándola con la cabeza). Esos son cubanos y aún no entienden cómo es la cosa”. Efectivamente, los cubanos promedio no entienden mucho de trámites ni procedimientos sofisticados porque vienen de un país con 50 años de atraso, pero lo cierto es que están presentes en todas las Dependencias del Estado y controlan buena parte de nuestras vidas a través de la información que manejan.
Es así como, bajo el cuento de los convenios de cooperación e intercambio, hay cubanos en todos los Ministerios, en las Notarías, en los Registros, en los Hospitales y, por supuesto, en todos los organismos de inteligencia policial y militar del país. Los cubanos nos tienen totalmente infiltrados y toman buena parte de las decisiones que determinan el rumbo que llevamos. No en balde Mario Silva rendía un completo informe al Oficial aquel del G2. Eso no era un desahogo de muchacho incomprendido frente a un pana, sino un informe detallado para que se tomaran acciones desde la isla caribeña, a cuya capital concurre Nicolás con frecuencia a recibir línea.
Pero el tema de nuestra entrega a otros países no termina con la sumisión a Cuba. Este régimen ha creado una obscena y comprometedora relación económica con China, convirtiendo al Banco de Desarrollo de ese país (BDC) en el principal acreedor del Estado venezolano. De hecho, la deuda contratada por el Ejecutivo y PDVSA asciende a 22 millardos de dólares para el cierre del primer trimestre de 2013, lo cual representa el 21% de la Deuda Pública oficial de la República, la cual por cierto se ha incrementado en 250% en los últimos 6 años.
A esta situación, ya de por sí escandalosa, hay que añadirle un par de elementos no menos grotescos. El primero es que, violando abiertamente la legislación venezolana, la deuda se ha adquirido bajo un esquema de pago en especie, lo cual está expresamente prohibido en nuestra normativa. Es así como desde el 2007 el BDC otorga los préstamos, mientras que Venezuela paga con suministro de crudo y combustibles como el fuel oil, concretamente la suma de 270 mil barriles diarios, toda una hipoteca de nuestro futuro.
Por su lado, el segundo añadido es la tapa del frasco de lo insólito, ya que se trata nada menos de que el último tramo de la deuda que se está adquiriendo -unos 5 mil millones de dólares-, es básicamente para reponer los recursos del llamado “Fondo chino” que fueron desfalcados recientemente en una turbia operación. Tanta es la corrupción que gravita en torno al manejo de estos fondos, que ahora los asiáticos –así como muchas empresas extranjeras- han condicionado el financiamiento a que los préstamos vayan directo a las empresas mixtas que operan en la Faja del Orinoco y no al BANDES o a los Fondos del Estado, para asegurarse de que sirvan para mejorar la producción de crudo y no para aumentar las cuentas de los jerarcas del régimen y la boliburguesía depredadora que los rodea.
Conclusión: este régimen, que se envuelve en la bandera nacional frente al pueblo con su discurso grandilocuente de patriotismo, independencia y nacionalismo, es el gobierno más entreguista que ha tenido Venezuela después del de Juan Vicente Gómez. Así son las cosas, diría Don Oscar.

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@CiprianoHeredia

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