Sin levantar polvo por José Rea

-

- Publicidad -

Un día, un comerciante de caballos llevó dos magníficos corceles a un príncipe y los ofreció en venta. Ambos animales eran semejantes: jóvenes, robustos y de buena constitución.

Pero el comerciante pedía por uno de ellos el doble de lo que pedía por el otro. El príncipe llamó a sus cortesanos y les dijo:

- Publicidad -

-Le regalaré estos magníficos potros al que pueda explicarme por qué uno de ellos vale el doble que el otro. Los cortesanos se acercaron a los dos animales y los observaron cuidadosamente, pero no pudieron descubrir ninguna diferencia que justificarse una diferencia de precios tan grande. -Ya que no comprenden la diferencia entre los dos caballos, será mejor probarlos, así podrán ver con mayor claridad por qué tienen un valor tan distinto.- Observó el príncipe.

Hizo que dos jinetes los montaran, así mismo que dieran algunas vueltas alrededor del patio del palacio. Ni siquiera después de esta prueba los cortesanos lograban entender la diferencia de precio entre los caballos. Entonces el príncipe explicó: “-Habrán notado que, al correr, uno de ellos casi no dejaba rastros de polvo, mientras que el otro levantaba una gran polvareda. Por esto el primero vale lo doble que el otro, porque cumple con su deber sin levantar tanto polvo.”

Cuidado de su misión sombría

- Publicidad -

Hoy al igual que hace dos mil años: “en nuestra sociedad hace carrera el que más polvo levanta…”, por ello somos tentados a hacer alarde de aquellas cosas que hacemos, Jesús advirtió sobre esto: “Cuando le des a alguien que pasa necesidad, no hagas lo que hacen los hipócritas que tocan la trompeta en las sinagogas y en las calles para llamar la atención a sus actos de caridad. Les digo la verdad, no recibirán otra recompensa más que ésa. Pero tú, cuando le des a alguien que pasa necesidad, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha.” La pregunta apropiada en cada uno de estos casos es: ¿Cual es la motivación o la misión sombría detrás de cada acción?

Humildad es colocar nuestra confianza en las bases apropiadas: en Dios, en su eterno amor y en lo trascendente de su propósito para con nuestra vidas. Orgullo es colocar nuestra confianza e lo vano y aquello que desaparece: El dinero, los títulos, las habilidades y cualquier otra cosa que perderá poder y significado con el tiempo. Recuerda: “un día alguien echará a la basura todos tus trofeos”

La enfermedad del orgullo y sus causas

“Levantar polvo”, presumir de logros o cualidades personales, “hacerse notar”, puede ser una manifestación de falta de afecto o de reconocimiento por parte de la familia, de los amigos o de los jefes en el trabajo que busca compensar el reconocimiento que otros no hacen sobre uno, pero, la verdad, es que, cuando hacemos las cosas como para Dios y no para los hombres, nuestra acciones cobran un significado diferente y trascendente. El Apóstol Pablo escribe: “No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes.”

“Levantar polvo”, puede ser también una señal de soberbia, de ser reconocido y alabado por los demás a los que se percibe como inferiores. Pero ¿por qué el cumplir con el deber sin levantar tanto polvo puede llegar a ser una cualidad tan valiosa? Quizá porque encarna a la humildad, y sólo la gente humilde es capaz de reconocer sus errores, que es el punto de partida de la superación personal. Sólo el humilde acepta la crítica constructiva de los padres, de los profesores o de los jefes y compañeros de trabajo; sólo los humildes reconocen cuando se equivocan y piden disculpas si ofendieron o afectaron a alguien con su mal proceder, con sus comentarios u omisiones.

La humildad también es una virtud excepcional porque gracias a ella no sentimos que lo sabemos todo y por tanto reconocemos que podemos aprender de los demás, aún de la gente sencilla. Sólo los humildes saben encontrar la riqueza en los demás.

No importa cuanto sepas, cuantas habilidades tengas o de cuantos recursos dispongas, todo eso se verás opaco, a menos que permitas que sea cubierto con el brillo de la humildad. La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demás descubrirlas. «Nadie está más vacío,  que aquel que esta lleno del sí mismo.» Seamos lluvia serena y mansa que llega profundamente a las raíces, en silencio: nutriendo y dando estimulo a quienes están cerca de nosotros.

La carreta vacía de los prepotentes

Un hombre ilustra la humildad contando la siguiente historia: Caminaba con mi padre,  cuando él se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me preguntó: – Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más? Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí: -Estoy escuchando el ruido de una carreta… -Eso es. dijo mi padre. Es una carreta vacía. Pregunté a mi padre: -¿Cómo sabes que es una carreta vacía si aún no la vemos? Entonces mi padre respondió: – Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido. Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace. Me convertí en adulto y hasta hoy, cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente  y haciendo de menos a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo: «Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace».

El humilde cumple su deber sin presunción, está abierto al diálogo y al conocimiento, aprende de sus experiencias, reconoce sus errores y es agradable, por eso vale “oro” comparado con el que simplemente es muy capaz. Los grandes líderes, son determinados y humildes. Reconocen que Dios aún no a terminado su obra en ellos y que necesitan de otros para avanzar en el cumplimiento de su misión.

Decide hoy reconocer que aun te falta crecer y comienza a mirar la grandeza que hay en quienes te rodean. Esfuerzate y hazlo. Twitter: @reajose

 

Pulsa aquí para apoyar la libertad de expresión en Venezuela. Tu donación servirá para fortalecer nuestra plataforma digital desde la redacción del Decano de la Prensa Nacional, y así permitir que sigamos adelante comprometidos con la información veraz, como ha sido nuestra bandera desde 1904.

¡Contamos contigo!

Apóyanos aquí

- Publicidad -

Más leido hoy

- Publicidad -

Debes leer

- Publicidad -
- Publicidad -