La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, afirmó el sábado que «sería fatal para la región y para la integración latinoamericana permitir que vientos ajenos derrumben a un país hermano», en referencia a la crisis de Venezuela.
En el marco del discurso de apertura de un nuevo período legislativo en el Congreso Nacional, Fernández calificó de «intento de golpe suave» la ola de protestas contra el gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro.
«No vengo a defender al gobierno de Venezuela, no vengo a defender a Nicolás Maduro, vengo a defender el sistema democrático de un país, como lo hemos hecho en Bolivia, Ecuador y lo haremos en cada país de la región, sean de derecha, de izquierda, del medio o del fondo», afirmó.
La mandataria sostuvo que «la democracia no es ni de derecha ni de izquierda; es respetar la voluntad del pueblo», y aseguró que llegado el caso, no hubiera dudado «en defender al presidente chileno (Sebastián) Piñera o el presidente colombiano (José Manuel) Santos, aunque estemos en las antípodas ideológicas. Independientemente de las ideas, hay que defender la democracia».
