Semana inolvidable para Wilmer Flores

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El infielder Wilmer Flores jamas olvidará todo lo que vivió esta semana en Grandes Ligas con los Mets de Nueva York.

El criollo estuvo cerca de ser cambiado a los Cerveceros de Milwaukee y en pleno juego escuchó los rumores sobre su salida del equipo. No pudo contener las lágrimas y eso generó mucho contenido para los medios que dan cobertura al conjunto metropolitano.

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Al final el cambio no se concretó, y el campocorto se quedó en Nueva York. Un par de días después (viernes por la noche), realizó una gran jugada defensiva y conectó el cuadrangular ganador para dejar en el terreno a los Nacionales de Washington en la parte baja del inning 12.

Su equipo se mantiene en carrera por la postemporada. Antes de la jornada sabatina, los Mets se encontraban a dos juegos de la punta en el Este de la Liga Nacional, lugar que precisamente ocupa la novena de Washington.

Flores no había jugado con regularidad desde la llegada de Juan Uribe y Kelly Johnson. Sin embargo, la agitada semana parece haber cargado al criollo de 23 años de energía.

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El béisbol es un negocio. Pero los peloteros no pierden su condición de seres humanos y Flores reconoció que se puso sentimental al momento de escuchar que había sido cambiado de la organización a la que pertenece desde que tenía 16 años.

El episodio de Flores el miércoles en el Citi Field indica que para algunos peloteros se trata de algo más que un negocio.

“Todos mis compañeros están aquí. No pude evitar ponerme sentimental”, declaró el criollo esta semana.
El cambio no se concretó por una supuesta dolencia del dominicano Carlos Gómez, quien era la pieza que recibirían los Mets en la negociación.

Posteriormente la lesión fue desmentida por el alto mando de los lupulosos y por el agente del pelotero, Scott Boras.

Minutos antes de la hora límite para las transacciones libres, se anunció que los Mets adquirían al cubano Yoenis Céspedes, pero en esta oportunidad el venezolano Flores no estaba involucrado.

Flores celebró el bambinazo del viernes con euforia. Lanzó el casco y fue recibido por el resto de sus compañeros de equipo.

La fanaticada se rindió a sus pies y coreó su nombre. Esa actuación no es garantía de que vuelva a tomar el puesto como titular del campo corto, sin embargo, le brinda confianza al joven pelotero, quien es el más feliz de quedarse dentro de la organización.

Flores, quien batea .251 con 11 cuadrangulares y 42 carreras producidas, tiene la posibilidad de jugar en la postemporada por primera vez en su carrera.

Lea también: Wilmer Flores, a veces el mejor cambio es el que no se hace

Wilmer Flores es el nuevo ídolo del Citi Field

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