La segunda subasta del Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad), a través de la cual el Banco Central de Venezuela asignó a personas jurídicas de las zonas francas de Nueva Esparta, Falcón, repuestos automotrices y productos médicos US$ 180 millones 500 mil bolívares, en tanto que a las personas naturales les fueron asignados 34 millones 801 mil bolívares, lejos de generar una sensación de estar en camino de resolver la problemática de las divisas, produjo una gran frustración entre los cientos de empresarios y miles de personas que se quedaron por fuera.
Asimismo, quedó en evidencia que los montos asignados están muy lejos de satisfacer la demanda del mercado, que sigue ávida de dólares y que no puede acceder a ellos incluso teniendo a mano los bolívares necesarios para adquirirlos. En efecto, se estima que a las 1.085 empresas que fueron beneficiadas recibieron en promedio alrededor de 160.000 bolívares para atender a las nuevas importaciones, por cuanto se estima que una gran mayoría no utilizará divisas asignadas para cumplir con las obligaciones con los proveedores internacionales, debido a los retrasos que se siguen manteniendo en Cadivi.
Mientras que los viajeros beneficiados, un total de 20.850 para quienes se asignaron 30 millones 600 mil dólares, habrían recibido si se les otorgó un monto similar a cada uno de los solicitantes, alrededor de 1.500 dólares per cápita que es un monto bastante significativo en relación con la primera subasta, donde ni siquiera fueron tomados en cuenta; sin embargo, aun cuando no se han dado a conocer el volumen total de las solicitudes, se estima que no pasa del 15% el número de solicitantes favorecidos en esta segunda subasta.
Es evidente que con esta jugada que viene haciendo el Ejecutivo, está poniendo “paños calientes” y logrando calmar un poco las presiones de los sectores de la producción; sin embargo, el objetivo principal al cotizarse la divisas con un 50% por encima del tipo de cambio oficial, está obteniendo ganancias por montos significativos que lo van a ayudar a reducir el profundo déficit fiscal que en estos momentos tiene en sus manos, cual papa caliente, y que los analistas económicos más conservadores estiman en un 16%.
Todos los sectores de la producción, en estos momentos, consideran que el Sicad si regulariza la periodicidad de las subastas, si continúa flexibilizando la participación de distintos sectores, e incluso aumentando los montos a subastar, puede reducir las presiones que existen en este momento en el mercado cambiario; sin embargo, ya se ha advertido que no se deben crear falsas expectativas en el sentido de que va a reducir en forma significativa los problemas de desabastecimiento, ya que los montos mensuales que requiere la economía para operar con regularidad, superan los US$ 4.000 millones y con cuatro subastas del Sicad al mes, estaríamos hablado de cerca de US$ 900 millones, si es que el BCV dispone las respectivas convocatorias.
El alto gobierno ha señalado que para garantizar las divisas a ser subastadas en el Sicad, el ejecutivo dispone de las reservas internacionales, del Fondo Desarrollo Nacional (Fonden) al cual se le han estado inyectando divisas en los últimos años, pero nadie sabe ni los montos ni el destino de las mismas y los nuevos endeudamientos a través de la emisión de bonos en divisas, pero hasta ahora estas son simples conjeturas.
Mientras tanto, los distintos sectores de la producción, léase agricultura, industria, comercio, construcción, medicamentos, repuestos automotores, siguen quejándose de las demoras en Cadivi, incluso ya se habla de una reducción en las asignaciones cercanas al 40%, ya que el gran problema que en estos momentos enfrenta el alto gobierno, es que no hay divisas, de allí que tenga que repartirlas pocas que tiene, por cuentagotas, en las subastas del Sicad.
Nuevos ajustes de precios
En la última semana se dieron a conocer el costo de la Canasta Alimentaria en el mes de junio, que estuvo en el orden de los 6.277,77 bolívares, con un incremento del 5,5% con respecto al mes anterior, equivalente a 327,18 bolívares; mientras que la Canasta Básica para el mismo período se elevó a 11.588,64 bolívares, aumentando en un año 38,8%, equivalente a 3.238,39 bolívares.
Hacemos este recuento, por cuanto ya el Ejecutivo ha anunciado que tiene previsto realizar ajustes en los precios de varios rubros alimenticios, entre ellos la carne que pasaría de 27,00 bolívares el kilo a 80,00 bolívares. Asimismo, además de los productos cárnicos, también se aumentarán los precios de aceites, azúcar, pollo, leche, quesos, sardinas en lata, harina de maíz precocida y pan de trigo salado, decisión que ya es un hecho y solamente se espera que sea oficializada, porque hasta el propio ministro de Finanzas consideró como razonable hacer ajustes de precios en los alimentos, al menos cada cinco meses.
No se trata, por supuesto, que el Gobierno esté dispuesto a sincerar la economía ni a flexibilizar sus políticas económicas, simplemente se trata de que los distintos sectores han presentado sus estructuras de costos y han advertido que de no producirse los ajustes, la producción seguirá mermando y el desabastecimiento podría desbordarse, generando conflictos sociales en todo el territorio nacional, especialmente en el interior del país, donde la escasez de alimentos está haciendo estragos, de tal manera que el bolsillo de los consumidores seguirá llevando palos.