“Si usted quiere un buen equipo de béisbol, no puede permitir que el sobrino del propietario juegue como lanzador. Uno sabe quién sirve y quién no sirve»
Hulki Aldikacti, Empresario Interno de la Pontiac
Una de las mayores dificultades consiste en conseguir personal para el equipo empresarial interno y lamentablemente no existen reglas para ello. Es cuestión que requiere creatividad. En empresas de lento crecimiento, es necesario utilizar personal interno, aún cuando por fuera pudieran encontrarse individuos más idóneos. Por lo tanto es necesario investigar en la organización los proyectos que estén próximos a terminarse, para encontrar allí personal que pronto va a disponer de tiempo libre.
Aún sabiendo que un equipo fuerte es ingrediente esencial del éxito, a muchos emprendedores internos se les dificulta formarlo.
Los mejores equipos parecen formarse por accidente más bien que por planeacion activa. La práctica de «contrabandear» un proyecto nuevo con voluntarios, antes de que sea aprobado, ofrece un ambiente ideal para el desarrollo de un equipo. Durante esta fase, el emprendedor interno esta pidiendo ayuda y algunas personas se interesan en su visión y en su estilo de liderazgo, y hacen las cosas. Otros por el contrario no encajan bien. Cuando llega el momento de formalizar el proyecto, el emprendedor interno ya ha tratado a un buen número de posibles miembros del equipo con muy bajo costo, tanto financiero como emocional.
Los gerentes tradicionales obtienen su autoridad de arriba, por lo menos en teoría. La jerarquía les da el derecho y la responsabilidad de operar alguna porción de un negocio existente. En cambio los emprendedores internos, empiezan sin una base natural de poder. Su autoridad no tiene otro origen, que su visión de lo que podría hacerse y su capacidad para lograr que otros, inclusive los padrinos potenciales y los miembros del equipo, crean en esa visión y la sigan.
En definitiva, formar un equipo interno no tiene porque ser fácil. Como dice William Gore, «el seguimiento es la verdadera prueba del liderazgo». Es decir, que la habilidad de formar un equipo es una prueba fuerte del emprendedor interno y de su idea; prueba que, si la pasa, constituye un buen pronóstico del éxito en el mercado.
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