“Nunca muestre a los necios trabajo sin terminar» R.Buckminster Fuller
Al principio el empresario interno concibe el sólo la visión, no hay demoras debidas a pugnas egoístas ni diversidad de metas. Es cuestión delicada decidir cuando esta la visión suficientemente completa para empezar a compartirla con los demás. Cuando una idea está aún en formación y fluida, las sugerencias de otras personas parecen oposición. Más tarde la idea se vigoriza y uno puede hacer frente a las sugerencias sin desviarse del camino. A veces conviene escribirla antes de mostrarla, tanto para mantener la discusión enfocada en la dirección debida, como para afirmar su paternidad. Si permite demasiado pronto que otros se apoderen de su idea, el empresario interno probablemente perderá interés en ella y los demás que no tienen el mismo compromiso y comprensión, seguramente tampoco la ejecutaran. Esta sería la fase del trabajo solitario.
Cuando la idea esta clara, el empresario interno empieza a compartirla con unos pocos amigos en la compañía y con unos pocos clientes frustrados y por sus reacciones aprende más acerca de los puntos débiles y fuertes del concepto. En esta etapa el empresario interno todavía no esta llevando a los demás a la acción sino simplemente consultando opiniones y obteniendo apoyó casual. Es sorprendentemente fácil lograr que otros contribuyan con sus conocimientos a su negocio interno. Para empezar, el hecho de que el empresario interno los haya escogido como experto es un honor. William Lewis, que organizo el negocio de adiestramiento de oficio en la General Eléctrica, observa que uno puede visitar casi a cualquier persona cuya ayuda necesite, decirle que ha oído hablar grandes cosas sobre sus capacidades, invitarla a almorzar y aprovechar sus ideas. Son pocos los que pueden resistir tan amable solicitud de ayuda y una vez que le han dado su consejo, se vuelven sus aliados. Esta sería la fase de construcción de redes de apoyo.
Definitivamente, mientras se desarrolla la fase de redes de apoyo, algunas personas vienen a ayudar con algo más que palabras bondadosa y datos útiles; empiezan a trabajar con el empresario interno para desarrollar un producto o explorar un mercado, aún cuando nadie haya sido hasta entonces destinado oficialmente al proyecto.
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