La cara de Hugo Chávez Frías está en cada moto, auto, poste y pared del pueblo de Sabaneta (470 km al suroeste), tierra natal del presidente venezolano, donde tiene su más leal trinchera electoral y muchos han reído, llorado y luchado por él en cada etapa de su vida política.
A pocos días de las elecciones, Sabaneta está llena de rumores sobre la llegada del mandatario: unos lo esperaban para el pasado fin de semana, otros para el martes, pero casi todos sabían que «Huguito», el que de niño vendía dulces en la plaza Bolívar, llegaría a su pueblo antes de los comicios del 7 de octubre, en los que busca un tercer periodo presidencial.
Por fin este lunes se concretará la esperada visita, y el hombre de los afiches, las pintadas y las calcomanías se materializará en las calles de este poblado de unos 40.000 habitantes, ubicado en el Estado Barinas, en el corazón de los llanos venezolanos, donde la familia Chávez gobierna desde 1999.
«Sabaneta es 100% chavista y el Estado Barinas es chavista también», asegura a la AFP Telma Torres desde el porche de su humilde casa, mientras sostiene la foto que un joven Chávez -hoy con 58 años- le envió en 1973, cuando iba a la escuela militar.
«Yo antes decía que no, pero ahora que el presidente lo ha dicho tanto, que fui su novia y su eterna enamorada, ahora lo digo: yo fui su novia», dice Torres, cuyos nietos llaman a Chávez ‘abuelo’.
Torres recuerda también que fue a partir de los años ochenta cuando Chávez «comenzó a tocar temas políticos» y a manifestar su descontento con los gobiernos de la época. Aunque para ella, así como para muchos de sus allegados, el mandatario venezolano no mostró dotes políticas en su juventud.
«Sus notas eran sobresalientes, era inteligente. Nos la pasábamos jugando pelotica de goma, vaqueros. Nunca le vi el interés por la política de pequeño. A él le gustaba era el béisbol, él quería ser pelotero», cuenta Alfredo Aldana, compadre del presidente y su amigo desde el colegio.
Sentado frente a la escuela Julián Pino -donde Chávez terminó la primaria como el mejor de su clase-, Aldana recuerda los viejos tiempos, mientras un camión lanza a todo volumen una canción: Vive tu vida / dale alegría / escucha bien lo que te estoy diciendo / no más barreras al sentimiento / Chávez corazón del pueblo.
«En las primeras elecciones de 1998, que eran las difíciles, nos pusieron ahí (…) a cuidar esos votos. Ahora, si puedo votar diez mil veces, diez mil veces voy a votar», dice Aldana, haciendo como que si presionara repetidamente el tarjetón electoral.
Pero para Aldana no todo ha sido votar y cuidar votos.
Lloró cuando creyó que matarían a su compadre tras el intento de golpe de estado que Chávez lideró en 1992. Tras ese hecho, cuenta que incluso su casa fue allanada y, más tarde, cuando el actual mandatario salió de la cárcel en 1994, rememora la fiesta que le hicieron en el pueblo.
«Muchos estamos luchando por este proceso sin mirar para atrás. Adelante, adelante, para que nuestra gente viva tranquila, viva feliz como él quiere y lo hacemos todo por Hugo», dice a la AFP Adrián Frías, primo mayor del mandatario y fervoroso defensor de la «revolución bolivariana» que adelanta Chávez.
Un Chávez en cada nivel de gobierno
«Nosotros siempre decimos que aquí está el triángulo de la revolución: en Sabaneta su hermano Aníbal (es alcalde), en la gobernación (está el hermano mayor) Adán, y en la presidencia Hugo Chávez», dice orgulloso Pedro Hurtado, cultor de Sabaneta, mientras muestra fotos de viejos mitines del mandatario en su pueblo o de la visita del líder cubano Fidel Castro a la zona.
«Cada vez que Chávez gana la presidencia, Sabaneta se bota a la calle porque no puede ser de otra manera», agrega Hurtado.
Pero en las calles polvorientas de este pueblo caluroso y rodeado de áreas rurales, también hay muchos que critican la labor de sus hermanos gobernantes, aunque apoyen al Chávez presidente.
«Yo le he pedido ayuda al alcalde, al gobernador y nada, no me resuelven. Queremos que el presidente ponga mano dura cuando vuelva a ganar para que no se desvíen los recursos», se queja Carlos Briceño, padre de cuatro niños y desempleado desde hace meses.
«El problema es que acá hay trabajo en empresas del estado, en la gobernación o la alcaldía», explica Teófilo Castillo, dirigente del comando del candidato opositor Henrique Capriles Radonski en Sabaneta, apuntando que esas instancias están plagadas por «ineficiencia» y «corrupción».
Ser opositor en Sabaneta
Pero más allá de fallas o carencias -como la falta de agua potable-, Sabaneta sigue con Chávez, quien en 2006, cuando aspiró a la reelección, obtuvo en su pueblo 87,45% de los votos.
«Sabemos que al día de hoy, todavía en Sabaneta nosotros estamos perdiendo», asegura Castillo, a la vez que dice que la diferencia de votos de la oposición con el oficialismo está «por debajo de 5.000», cuando hasta 2010 era de unos 7.000, porque «muchos andan con franela (camiseta) roja pero van a votar por Capriles».
«Unos años atrás no podíamos permanecer como estamos aquí (en la puerta del comando) porque no faltaba un grupito que nos insultara y hasta intentara agredirnos. Hoy en día hay receptividad», aunque igual «hemos sufrido emboscadas donde le caen a palos a los dirigentes» y nos «arrancan toda la propaganda».
Así, Castillo dice que hasta en el «círculo cercano de Chávez» hay opositores.
El de la mujer de Aldana es un caso emblemático. «Mi esposa es adeca, pero muchooo», confiesa el compadre de Chávez refiriéndose al partido opositor Acción Democrática. «Es la única persona que conozco que dice que los gringos son buenos», asegura Aldana, que es chavista y «antiimperialista».
Es «la única válvula mala que tiene», remata Aldana, sobre su compañera desde hace más de 20 años.
