Treinta y nueve en total,
los primeros encomenderos
de Nueva Segovia fueron
los del reparto inaugural.
Damián del Barrio (de los primeros
de importantes europeos
a estas tierras según leo,
en arribar; fue el tercero,
el segundo: López de Triana,
fue el primer barquisimetido,
quién llego sin hacer ruido
a este valle bien de mañana;
pero el primero fue un alemán,
en el mil quinientos treinta
según Gil Fortoul nos cuenta:
Don Nicolás Federman,
quien al valle de Barquisimeto
en ese año descubrió
según lo que después narró
en su narración, completo)
Damián del Barrio, don de gente;
Francisca Hernández su esposa,
orígenes de gratas cosas
de Segovia, ciudad naciente.
(Ocho encomiendas)
Esteban Matheos,
«de lustrosa descendencia»,
Hombre culto, admirable decencia
Según el Hermano Nectario leo.
Treinta y cinco los hispanos
y los alemanes tres
sólo uno portugués
y ninguno barquisimetano,
y como quiera que uno a uno
será largo este recuento
suspendo por el momento,
para no olvidar ninguno
el dedicarles cuartetas
individuales: es mejor
fuere quien fuera el señor
encomendero, que el poeta
los agrupe y siga adelante,
pero será necesario
que el buen Hermano Nectario
siga aquí, en este instante…
Prosigo pues con los nombres
de aquellos encomenderos
pobladores, los primeros
de Nueva Segovia, hombres
de trabajo, aventureros
en estos predios salvajes,
unos de noble linaje
y ninguno bandolero,
los fundadores de la ciudad,
sin excepción, merecieron,
como pulcros caballeros,
de Su Sacra, Catolica, Cesarea,
Real Majestad,
alto precio con honores.
El primero de la lista
Fue Don Diego de Losada,
un caballero de la espada,
fundador en la Conquista.
(Nueve encomiendas)
Francisco Villegas, arte ni parte
familiar del fundador,
homónimo de apellido, este señor
en la fundación que tomo parte.
Quien lea al Hermano Nectario
En la Historia de la Fundación
publicada en la ocasión
del año cuatricentenario
a este Villegas verá
en una anécdota envuelto
cuando un su esclavo resuelto
a una india vejara.
(Siete encomiendas)
Cristóbal Antillano, a quienes pregunten
responderé, cómo no,
que en Borburata y Boconó,
expedicionario con Hutten,
de tocuyanos orgullo
y también de barquisimetanos
debiera ser, pues Antillano
aquí fue Alcalde y en El Tocuyo
no dejó una honrosa estela,
fue funcionario activo
y nunca uno de esos vivos
que ha habido en Venezuela.
Continuará