Qué interesante es para cualquier habitante que viva en mi país que asiste a una cola para adquirir alimentos regulados o no, medicinas, pago de servicios públicos y otros.
Es entonces precisamente cuando se oye, se platica (sin cargar plata), se expresan opiniones y sobretodo se afirman y se niegan términos equivocados y como tal no ajustados a la realidad, pero que dan la razón a quien interesadamente necesita mentir, mentir, mentir, para mantener posiciones políticas.
Comentar que el bolívar no vale nada, que un billete de 100 se volvió sal y agua, que la palabra fuerte dejó de existir, que esa moneda es una arandela barata y pare de contar, la pregunta inmediata es ¿y de quién es la culpa?, para unos del gobierno, de sus malas políticas, del precio de las monedas extranjeras, del imperio, de la supuesta guerra económica, de la especulación, de los bachaqueros, del acaparamiento y muy pocos manifiestan tajantemente: por mi culpa.
Vamos a enumerar hechos que representan esa culpa: ¿Qué hicimos nosotros con el centavo, la locha, el medio, el real, el bolívar y el fuerte?, lo regalamos, lo botamos, no lo apreciamos, no le dimos valor, no exigimos que para esas monedas hubiese una contraprestación y vaya el grito al cielo que a usted se le ocurra tratar de entregar como pago un medio o un real, que son precisamente las monedas emblemáticas del ahorro y la riqueza que antes tenían un valor adquisitivo. Recuerdo cuando muchacho que hacíamos un mercado que no llegaba ni a tres bolívares. Eso solo significa trabajo, producción organizada y responsable.
Recuerdo aquellos tiempos en que los habitantes de este país tenían, y espero que todavía tengan una solidaridad colectiva para regular a conciencia, sus ganancias, y nuevamente: ¿Quiénes somos los que vendemos, los que recibimos y vendemos el bien y aceptamos gobernantes que en forma ajena a la realidad regula el precio de nuestro trabajo o de la misma forma ejecutan leyes y crean instituciones de justificativos para emplear desocupados con etiquetas de precio justo, que me reservo los artículos que hoy pasaron a ser incomprables para una familia que dependen de un salario mínimo?
Desde que tengo uso de razón he oído de una ley natural de oferta y demanda, no me anoto ni me voy a postular de candidato para los consejos de Mahatma Gandhi, quien manifiesta: “El verdadero progreso social no consiste en aumentar las necesidades, sino en reducirlas voluntariamente”; pero para eso hace falta ser humildes”, en donde se le exige al ciudadano que tiene carro que gaste un galón de combustible ya que el Estado le paga para que lo haga, pero igualmente tengo que decir el costo injusto de una lata de atún de 175 gramos al natural en Cumaná, es de Bs.205,00, y en un caserío en donde hay que llevarlo dos días por carretera, mediodía en curiara y seis horas en mulas, (por eso ¿qué justo es ese precio?) Pero todo es culpa del gobierno y ¿dónde está mi culpa?, ¿quién da el voto para los gobernantes?; hay que inflar los votos para sacar los gobiernos que no sirven.
Señores, no sé si usted es simpatizante del gobierno o de la oposición, pero cómo vamos no va alcanzar el ingreso petrolero es decir, dólares para el pago de los empleados públicos y muchas otras afirmaciones que me dicen que no tienen conocimiento de lo que es dinero inorgánico, pero en palabras muy de mi caserío, tengo que afirmar que son bolívares, que sólo son reconocidos y acuñados por el gobierno nacional y nosotros los habitantes del territorio de Venezuela, que no tienen respaldo en reservas internacionales es algo así como decir: “Aquí te entrego bolívares ve a ver qué compras dentro de nuestro territorio”.
Unidos todos por el Sistema de Riego Yacambú y el Ferrocarril de la Región.
