Reflexiones en positivo – Prohibición vs. producción de alimento

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He oído de muchos abogados que “a toda persona le está permitido hacer todo aquello que la ley no prohíbe expresamente”; esto puede ser verdad en cualquier otro país menos en Venezuela, mi país, su país, puesto que aquí todo está prohibido y hoy puedo afirmar sin temor a equivocarme que lo único que no está prohibido es respirar.
En las circunstancias actuales, cuando se habla de diálogos políticos, económicos, sociales y de golpes de Estado, concluyo que el Estado nos ha dado un golpe a los tres golpes que tengo que hacer en el día, coloquialmente al estómago, si quiero vivir conforme a las costumbres de otros países y todo por esa forma de gobernar bajo prohibiciones.
Las prohibiciones son de quienes distorsionan las leyes, quiero compartir con ustedes un relato de la década del ’80 del siglo pasado. Un amigo militar pasó a retiro, para ese momento tenía dos hijos graduados de agrónomos, por tal motivo decidió apoyarlos en un proyecto de última tecnología para producir tomates y pimentón bajo un sistema llamado “hidroflot”, es decir, alimentación en agua en galpones cerrados. Envió a sus hijos a realizar el curso con el promotor, pidió crédito a Corpoindustria, se hizo el estudio de mercado, todo era positivo, no había motivo alguno para pronosticar un fracaso; se hicieron los galpones, se sembraron las plantas y al cabo de algunos meses de cultivo empezó el sacrificio del proyecto, puesto que para comprar los químicos de alimentación de las plantas había que tener permiso de una empresa militar del Estado, que le permitiera a la petroquímica la venta y el despacho. La solicitud del bendito permiso o autorización paso mucho tiempo esperando respuestas las cuales eran: “Mi general no ha firmado, anda en comisión, hoy no vino porque se encuentra en un acto oficial, está en una reunión en el ministerio». Todo esto obligó al militar retirado a ir a Corpoindustria a informar que su proyecto fracasó, que su plantación no puede ser cosechada porque las plantas se murieron por falta de alimentación, es decir, por el régimen de prohibiciones”.
Han transcurrido tres décadas, tal vez se ha avanzado mucho en el sistema legal para aumentar ese régimen de prohibiciones que tenemos todos los venezolanos que de una u otra forma intentamos promocionar, incentivando la producción nacional en especial la agrícola y pecuaria.
¿Qué fácil y cómodo es desembarcar y transportar por el territorio nacional un cargamento de pollos y carnes provenientes de Argentina, Uruguay, Brasil y Nicaragua, en camiones particulares o del Estado? Mi pregunta en estas reflexiones es ésta ¿es fácil para un productor nacional de ganado y pollos movilizar sus productos a los diferentes mataderos para su beneficio? ¿Es fácil para el productor nacional de los rubros agrícolas la movilización de sus productos ya cosechados?
No dejo de pensar lo difícil que es la movilización de maquinarias, de productos químicos para la producción agropecuaria y hasta se puede hablar lo difícil que resulta  movilizarse las personas, puesto que la garantía del libre tránsito y comercio están en permanentes limitaciones.
Me decía un amigo que nuestro problema del golpe de Estado, a los tres golpes al estómago del ciudadano común, no es otro que el entramado legal, que no deja hacer absolutamente nada aún teniendo iniciativas, recursos logísticos, recursos financieros, recursos humanos técnicos y otros, puesto que es más el sacrificio burocrático que garantizar ganancias aun sometiendo todo a la evaluación de leyes como la de costos y precios justos.
Hablo del golpe que le ha dado el Estado a los tres golpes al estómago del venezolano, cuando observo que hay que hacer colas para comprar cualquier producto de la cesta básica, que sus precios siendo justos se están poniendo inalcanzables a una inmensa mayoría de venezolanos descartando la palabra inflación, pero a la vez aceptando que ese régimen de prohibiciones no representa el verdadero control de autorizaciones, que por el contrario es devolvernos a aquel viejo refrán que dice: “El que hizo la ley, hizo la trampa” , o el otro: “Se acata pero no se cumple”.
Unidos todos por el éxito y el crecimiento de la familia ganadera (Fedenaga).

[email protected]
@JGmendozabargto

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