Alrededor de 18 dueños de restaurantes apostados en las instalaciones del Mercado Terepaima, en la avenida Venezuela, realizaron una rueda de prensa la mañana de ayer para exigir el suministro de gas doméstico a la empresa estatal Pdvsa Gas Comunal.
Los afectados, así como Omar Rojas, jefe de la División de los Mercados y Abastecimiento de la Alcaldía de Iribarren, explicaron que desde la empresa del Estado le han expresado la negativa de suministrar el combustible con el cual los establecimientos expendedores de comida ofrecen el servicio diario a su clientela, debido a un supuesto riesgo que los responsables de la empresa han catalogado como «una bomba de tiempo».
Francisco Martínez, quien por 18 años ha atendido el local que ofrece comida, explicó que el miércoles de la semana pasada una comisión de cinco personas de la empresa del Estado estuvo en el mercado y les ratificó la necesidad de que los comerciantes se coordinen para la instalación de una bombona grande, similar a las encontradas en los edificios, que suministrará el gas a través de unas tuberías. Sin embargo, para Martínez y los demás comerciantes, la idea resulta difícil de ejecutar debido a la distribución arbitraria de los locales a lo ancho del mercado y por el costo que representaría dicha instalación. «Nosotros no podemos pagar eso», dijo el comerciante.
En este sentido, según explican los dueños de locales, la empresa Pdvsa Gas Comunal ha dicho que no surtirán más el servicio con la intención de «obligarlos» a cambiar la forma tradicional de distribución.
Esta situación ha llevado al cierre de dos locales que se han quedado sin gas para cocinar los alimentos y, en los próximos días, el riesgo se extiende para los restantes.
Por su parte, Cruz Mario Oviedo, con más de 30 años en el mercado, dijo que la suspensión del servicio en los términos explicados por la empresa estatal representa un acto de ilegalidad. «Por ahora estoy usando bombonas medianas para no cerrar». Ambos trabajadores alegaron tener a 4 ó 5 empleados que dependen del trabajo de sus establecimientos, además de la manutención de sus respectivas familias, que dependen de lo que hagan allí.
Omar Rojas recordó que las personas que laboran allí «son pueblo y este mercado es una tradición para los barquisimetanos que comen sus desayunos y almuerzos aquí».
Dijo que el problema es vinculante con la «politiquería» lo cual también explicaría el reciente decomiso de su producto a los carniceros, acción que dejó pérdidas por más de cinco millones de bolívares.
Los comerciantes esperan respuestas, de lo contrario, la protesta no se hará esperar.
