Rafael Urdaneta

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Rafael Urdaneta, no es una página amarillenta en la historia. Cada vez que se pueda hay que exaltar sus cualidades. En palabras de Bolívar no era solamente el “más constante y sereno oficial del Ejército”, sino: “el que tenía la capacidad para manejar los grandes negocios”.

Sin contar las batallas donde participó es el héroe que más cargos públicos ocupó en la etapa independentista y después de ella. Jefe de Vanguardia en Guanare, el hombre de la retaguardia en Boconó, héroe de Niquitao, defensor de Valencia, Jefe del Ejército en el occidente del país, organizador de tropas en Barquisimeto y de la caballería en Mérida, Gobernador de Caracas y Guayana, Senador por Coro y Maracaibo, Intendente de Maracaibo, recibió las tropas inglesas en Margarita.

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Decía el Cardenal Quintero que Urdaneta realizó siempre la labor del obrero con sudor y esfuerzos silenciosos. Hasta la virtud de ser leal, la confundieron sus apologistas como una fidelidad a la amistad con Bolívar, reduciendo a una lealtad personalista su pasión revolucionaria.

El significado de los héroes es grande en la historia de las naciones. Sin ellos la crónica no tendría trascendencia, no representaría para los hombres que recordamos a nuestros antepasados, el exacto valor que en el presente le asignamos. Por las acciones de los héroes al rememorarlas se sobresaltan los vivos y ciertas instituciones en la sociedad contemporánea y funcionan incomodas al memorizar también los juicios de ellos.

Urdaneta como dijera el historiador Iribarren Celis respondió en vida al equilibrio de un soldado hecho de disciplina. “La aventura azarosa no jugaba papel en su ánimo, obedecía a un sistema de voluntad puesto al servicio de un ideal. No era capaz de vuelos dionisiacos, ni de arrebatos deslumbrantes. Urdaneta despierta admiración por su equilibrio, nobleza y serna majestad, austero y sencillo, fuerte como un personaje de Emerson”. Por eso no se parece en nada a los militares y gobernantes de la actual Venezuela.

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Al recordar este nuevo aniversario de su nacimiento hay que recordar lo que dijera Antonio Álamo: “Bien hacen sus coterráneos en mantenerlo alumbrante, porque he aquí un hombre que fue faro de virtudes.

Durante nuestra Presidencia en la Fundación Zuliana para la Cultura que agrupa a los zulianos residentes en Caracas, pudimos colocar la estatua de Urdaneta en Ciudad Bolívar copia de la existente en el Panteón Nacional del escultor Ángel Carrasco. Publicamos el libro “La faz de Urdaneta: iconografía”, donde se incorporó por primera vez la única fotografía que existe del héroe en su lecho de enfermo. Compramos en Bogotá parte de la vajilla de la familia del prócer y la regalamos al Museo Urdaneta de Maracaibo. Se trajo desde Paris, la partida de defunción y se obtuvo una tarjeta original de presentación de su cargo de Embajador ante la Reina de España. Se colocó asimismo un busto del General en la plaza que lleva su nombre en Calabozo, Estado Guárico.

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