Una sorpresa se llevaron los jugadores y integrantes del cuerpo técnico del Deportivo Lara al llegar al estadio Metropolitano de Cabudare y recibir la negativa por parte del personal de vigilancia de ingresar a la instalación por una “orden superior”: “No pueden utilizar al estadio porque a la grama se le aplicó tratamiento”.
Iban, como cada miércoles, a uno de los tres entrenamientos que realizan en la cancha principal del estadio de La Campiña, según reza un acuerdo establecido entre la directiva del club y Empemsa, la empresa administradora del recinto.
José Antonio Quintero, gerente deportivo del elenco, acompañaba a la plantilla en el momento e intentó comunicarse con Pedro Sánchez, funcionario responsable de Empemsa, pero le fue imposible.
Consecuencia inmediata, la suspensión de la sesión, que serviría al director técnico Rafael Dudamel para iniciar el armado del planteamiento táctico de cara al trascendental compromiso del domingo ante Petare, en condición de visitante.
“Teníamos la logística armada como ocurre todas las semanas. Enviamos el correo de notificación el lunes, como está establecido, y nos vinimos hoy (ayer) al Metropolitano para hacer el entrenamiento que es habitual los días miércoles, pero nos encontramos con esta sorpresa, la decisión de cerrarnos las puertas del estadio, cuando estamos en una etapa tan importante del torneo y que vivimos un buen momento”, indicó el directivo.
En el sitio también estaba -desde luego- el DT Dudamel, quien aguardaba, con el grueso de la plantilla, al otro lado del portón. Fue claro y directo en sus declaraciones: “Esto tiene nombre y apellido: Pedro Sánchez”, soltó para agregar que “toma decisiones caprichosas y no da la cara”.
“Estoy seguro que el gobernador (Henri Falcón) no sabe nada de esto, es cuestión de una sola persona y tiene nombre y apellido”, agregó.
Lo que más indignación le provocó a Dudamel es que en otras ocasiones ya tuvo la oportunidad de usar la cancha con los químicos recién aplicados, por lo que no entiende que no ocurriera la mismo ayer. “No es la primera vez que llegamos y la cancha tiene fertilizantes. En otras ocasiones, la hemos usado, pero sabemos que, por ejemplo, no podemos hacer nuestros ejercicios de estiramientos acostados en la grama, para cuidar la integridad de nuestros jugadores… pudimos haber hecho lo mismo hoy”, reveló.
“Es una situación totalmente anormal, que nos lleva a sentirnos visitantes en nuestra propia casa”, lamentó Dudamel, quien sin embargo, advirtió que “no van a desestabilizarnos, seguiremos con nuestro profesionalismo, porque estamos en nuestro mejor momento y vamos a seguir enfocados en ese objetivo que perseguimos”.
Al final, para no perder la jornada, la plantilla optó por dirigirse al llamado “Cuadrito” de Cabudare, cancha en la que usualmente se entrenan, pero que sirve para otros tipos de trabajo diferentes a los planificados para ayer, por las dimensiones del rectángulo, mucho más pequeño que el escenario que fue construido para la Copa América de 2007.
