Protestaron en Mercal de Patarata

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Las personas que acuden semana a semana al Mercal de la urbanización Patarata, en el este de Barquisimeto, debieron irse con las manos vacías a sus casas. No hubo mercado.

Ayer, después de largas horas en cola, desde las 3.00 de la madrugada, notificaron a la clientela que no abrirían por la realización de un supuesto inventario. La indignación y molestia entre los usuarios de la red alimenticia del Gobierno no se hizo esperar.

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Un grupo de hombres y mujeres, con bolsas vacías en mano, cerraron la avenida Libertador, en la intersección con el conocido urbanismo, en reclamo de los víveres, pollo y carne. Explicaron que los riesgos a ser robados en las afueras, desde las 3.00 am, no podía ser en vano.

“Engañan al pueblo diciendo que están haciendo inventario; esa actividad laboral la llevaron a cabo la semana pasada: no nos vean la cara de tontos. Queremos un mejor trato y consideración. Embarazadas y personas de la tercera edad, son víctimas de humillaciones y de una larga espera innecesaria”, dijo la joven Jessica Quero de la comunidad de Tamaca, en el norte de Barquisimeto.

Venden el pollo a familiares

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Por otra parte, los manifestantes aseguraron que “cada vez que surten de pollo o carne es lo mismo: no trabajan para venderle la mercancía a sus familiares. ¿dónde queda el pueblo necesitado?”, se preguntó la señora Mariela Rivero.

Asimismo señalaron que al acudir a Mercal, se ahorran hasta un 50% en comparación con el resto del mercado. En este sentido, solicitan que el beneficio de socorrer a las familias de escasos recursos no sea violentado cuando eliminan las ventas sin mayores explicaciones ni previo aviso.

“Deberían utilizar los medios de comunicación para informar a las personas que no van a trabajar. Exponemos nuestras vidas, saliendo de madrugada para comprar temprano y, por desdicha, no llevamos nada para las casas”, agregó Rivero.

Pasadas las 9.30 de la mañana, organizaron a una parte de las personas que se mantenían en cola, para que compraran en una bodega Mercal, es decir, un punto de venta móvil que “vende más caro y no tenemos el derecho de elegir lo que deseamos llevar”, dijo Victoria González.

Los lunes acuden las personas cuyas cédulas de identidad terminan en los números 1,2,3; los martes corresponde a los 4,5,6; y los miércoles 7,8,9 y 0. Sólo que al parecer, no respetan los números de cada día.

Sobreprecios en la mercancía
Al consultar a los manifestantes acerca de por qué no compraban los víveres y carnes en los puntos Mercal de cada comunidad, aseguraron que en esos sitios existe “sobreprecio” en las mercancías. Citaron como ejemplo que el azúcar en 1,70 bolívares (precio Mercal) es ofrecida en 7 u 8 bolívares en las sucursales de los sectores populares.

De allí que se vean en la obligación de acudir a los establecimientos más grandes, aunque estén bien retirados de sus domicilios. “Prefiero madrugar y venir más lejos pero comprar con el precio justo. Hay mucha especulación en los mercalitos”, José Pérez.

Fotos: Jairo Nieto

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