Protesta de San Benito y El Jebe por servicios

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Este lunes no fue la diferencia para quienes residen en la zona norte del municipio Iribarren, las parroquias El Cují y Tamaca, y en el municipio Crespo, pues se encontraron, una vez más, con la intercomunal cerrada por una protesta vecinal.

Se trataba de vecinos de San Benito y El Jebe quejándose del rosario de problemas que vienen confrontando por inexistentes o deficientes servicios públicos.

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“Aquí nos falta de todo; cloacas, vialidad, patrullaje policial, alumbrado público, aseo urbano, de todo”, expresó Maritza Vásquez, una de las habitantes mientras mostraba una pancarta.

Explicó que desde hace tiempo vienen padeciendo por el deterioro en que se encuentra la red de cloacas, pero hace dos meses la situación se agravó porque la red colapsó por completo.

“Las aguas negras corren como ríos por las calles de San Benito y El Jebe; los muchachos viven enfermos de la piel, del estómago, de la respiración, por esa pudrición que tenemos que calarnos todo el tiempo”, agregó.

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Otro de los vecinos, que sólo dijo llamarse Miguel, expresó que han ido varias veces a las oficinas de Hidrolara a pedir solución al problema del colapso de la red de cloacas, pero no ha habido solución alguna.

“Por eso estamos aquí trancando la avenida, para ver si nos hacen caso y resuelven esto que ya no podemos aguantar más”, puntualizó Miguel.

Mujeres y hombres, algunos portando pancartas, llegaron a las siete de la mañana al semáforo de la intercomunal, a la altura de la salida hacia las dos barriadas, y con restos de árboles impidieron la continuación del tránsito mañanero, que a esa hora es muy intenso pues miles de personas se dirigen hacia el centro de Barquisimeto procedentes de las parroquias El Cují y Tamaca, así como de Duaca, El Eneal y otras poblaciones del municipio Crespo.

Algunos de los viajeros que utilizan vehículos particulares, enterados del cierre, se desviaban hacia la Circunvalación para ingresar a la ciudad por El Ujano o El Trompillo, pero quienes utilizan el transporte colectivo debían caminar un trecho considerable para tomar otra unidad o utilizar los mototaxis y de esa forma recuperar el tiempo perdido.

“Aquí no ha llegado nadie a escuchar nuestros planteamientos y mientras eso no ocurra vamos a permanecer con la avenida cerrada”, dijo María Antonia, otra de las vecinas presentes en la protesta que se prolongó por parte de la mañana.

“Es que nos tienen abandonados por completo. Las calles no sirven y por eso los carros no quieren meterse por algunos sectores; de noche todo está oscuro por falta de bombillos en los postes, la basura la recogen cada quince días o un mes, y los policías no se atreven a subir para la parte alta por la oscuridad y la presencia de los delincuentes”, dijo Selenia Suárez, otra vecina.

Pero no faltaron los perjudicados por el cierre que, aún cuando entendían las razones de la protesta, les pedían que se dirigieran a Hidrolara o la policía, pues ellos (los viajeros), no podían resolverles lor múltiples problemas de servicios públicos que estaban denunciando.

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