Antes de morir, el distinguido José Daniel Medina Colina, de 31 años, tenía poco más de doce meses privado de libertad en los calabozos de la Comisaría General de la Policía regional, por estar implicado en un homicidio ocurrido en 2011, al oeste de Barquisimeto. En enero de este año había sido destituido como funcionario activo de Polilara.
Lo que llama la atención es cómo el ahora occiso salió de la Comandancia General sin ser visto por otros funcionarios, por lo que las investigaciones adelantadas por el Ministerio Público llevaron a los investigadores a entrevistarse con los cordinadores de guardia, así como con los custodios. Una fuente reveló que el director del cuerpo policial, Luis Rodríguez, podía ser destituido del cargo y el organismo a su mando, posiblemente sea intervenido por el Gobierno nacional.
La última vez que observaron en la comandancia al exfuncionario fue en horas del mediodía, durante la visita, cuando además unos detenidos se autoflagelaron, por lo que se presume fue el momento idóneo para emprender la huida.
EL IMPULSO intentó comunicarse con los representantes del Cuerpo de Policía del estado Lara y dijeron no emitir ningún tipo de declaraciones hasta tanto la fiscalía del Ministerio Público emita los resultados de las indagaciones o tenga mayores datos del hecho.
La tarde del jueves 18 de julio, Medina Colina se habría escapado de su lugar de reclusión, y al parecer iba a vender un Fusil Autómatico Ligero (FAL), el cual supuestamente se robó. Horas más tarde ocurrió el suceso.
Mary Escobar y María de Escobar, hermana y esposa de Víctor José Escobar Escobar, quien apareció muerto y calcinado junto al expolilara, aseguraron que su familiar no tenía ningún nexo con alías “El Ñañe”, como también se le conocía a Medina Colina. “No eran amigos. Creemos que lo secuestró y lo obligó a llevarlo por donde lo encontramos. Pueden revisar cualquier sistema y mi hermano nunca estuvo preso ni tenía antecedentes”, expresó la triste mujer.
Ellas informaron que al mediodía del jueves, Escobar Escobar salió desde su casa, donde además funciona la licorería de la cual era propietario desde hace más de 10 años. “Iba para la avenida Venezuela con calle 38 a comprar licores para surtir el negocio. No se comunicó con nadie pero a las 6:00 de la tarde nos comenzamos a preocupar; mi papá escuchó en la radio que en la avenida Ribereña había un carro incendiado con la misma placa, por lo que fuimos hasta el sitio, pero ya habían levantado los cadáveres, por lo que vinimos a la morgue y aquí lo identificamos”.
Víctor José fue calificado por su esposa como un “excelente hombre, padre hijo, esposo, hermano (…) siempre estaba pendiente de sus dos hijos de dos y ocho años. No andaba mucho en la calle ni tenía problemas con nadie”.
María de Escalona dijo que tenía en proyecto comprar una casa, ya que convivían junto a los padres del hoy occiso, además era el sostén del hogar. “Todo quedó en eso, un proyecto por culpa de la delincuencia desatada que no tiene límites ni compasión; deja hogares solos, hijos huérfanos y lo peor es que no existe justicia, sólo la de Dios”.
Medina estaba preso por homicidio de 2011
José Daniel Medina Colina, quien en los últimos años estuvo adscrito a la comisaría de Las Clavellinas, estaba acusado por el tribunal Primero de Primera Instancia en Funciones de Control de la Circunscripción Judicial del estado Lara, por el asesinato de Leandro Antonio Vargas Angulo, homicidio calificado por motivos futiles ejercutado con alevosía, previsto y sancionado en el artículo 406 del Código Penal.
El hecho se registró el 11 de junio del año 2011 en la avenida principal, vereda nueve con calles 3 y 4 del barrio Cerrito Blanco. Según la minuta de la acusación, Medina Colina mandó a alias “El Bore” a hablar con Vargas Angulo, quien estaba conversando con otros ciudadanos. Cuando éste regresa, el exfuncionario se acercó a la víctima, sacó un arma de fuego y efectúo un disparo; cayendo al suelo arrodillado, aprovechó de dispararle nuevamente, tiro que le causó la muerte.
“El Ñañe”, formaba parte de una familia dedicada al cuerpo policial, como el caso de su padre quien fue un distinguido funcionario, respetado además por sus compañeros y hoy en día goza de la jubilación; y su hermana, quien también es miembro activo de Polilara.
