El país se encuentra adormecido en las colas. Colas para comprar comida. Cola para comprar medicinas. Colas para conseguir una cama en un hospital. Cola en los bancos. Cola en los cajeros. Cola para tomar el transporte público. Cola para enterrar a nuestros deudos. Las colas se han convertido en la vida diaria del venezolano. Es el elemento estratégico para bajar los niveles protestatarios del pueblo a medida que desaparecen los productos y servicios de primera necesidad. La receta castrista está dando los resultados esperados. Es decir, administrar el desabastecimiento para ocuparnos en las colas y en la peregrinación buscando lo que necesitamos, a fin de no dejarnos espacio ni tiempo para pensar u organizar la protesta.
Durante los años sesenta, Fidel no lograba bajar los niveles de conflictividad social a pesar de los fusilamientos en masa, las desapariciones, los encarcelamientos masivos y la gran represión desarrollada en Cuba durante los primeros años de la revolución. Cuando el fenómeno de la escases aparece como derivación de la quiebra del aparato productivo del país caribeño por parte del gobierno, Castro observa que la protesta baja. Inventa la tarjeta de racionamiento y desarrolla toda una estrategia para dosificar y administrar el desabastecimiento. La idea es ocupar y agotar al pueblo en las colas para sobrevivir, para hacerlo cada día más y más dependiente del régimen. Han pasado 54 años, y los cubanos continúan pisoteados por una cúpula podrida que ha vivido en la opulencia y en la riqueza, mientras el pueblo padece las humillaciones de un régimen criminal que lo ha condenado a las colas para poder comer miserablemente…
En Venezuela hemos entrado en la fase terminal de consolidación del modelo castrista de dominación perpetua. No hay excusa para nadie en función de entender la grave situación que atraviesa el país y las consecuencias para las futuras generaciones que se ven condenadas a la humillante desgracia del pueblo cubano. La dirigencia opositora no tiene excusa frente al gran desafío electoral parlamentario. Los caminos alternos y paralelismos electorales están cerrados ante la gravedad de lo que ocurre. El sentido de grandeza histórica debe prevalecer por sobre nuestras propias aspiraciones personales. Estamos obligados a ponernos de acuerdo en torno a candidaturas unitarias y únicas para consolidar lo que todas las encuestas dicen. Es decir, le podemos dar una paliza al régimen. Pero para lograrlo, debemos organizarnos y estar totalmente unidos…
Mis comentarios:
.- Luego de las primarias, en los sitios convenidos por la MUD, viene el consenso en torno al ganador…
.- La estupidez debe dar paso a la sensatez…
.- No es momento para candidatos en masas, porque democracia ¡NO HAY!
.- Plata tampoco hay. La poca que hay es para enfrentar el proceso electoral parlamentario…
.- Dejemos esto en manos de la historia que hemos de escribir como pueblo consciente de su responsabilidad de cara a las futuras generaciones.
.- Ya llegará el momento de exigir cuentas a las vetustas cúpulas que imponen candidatos y desconocen liderazgos…
.- Primero, lo primero. Sacarlos del poder con el aplastante voto popular y recuperar la democracia…
.- A los cogollos que no han aprendido nada en estos 16 años; ya le tocara su turno…
… Como pasa el torbellino así desaparece el impío, más el justo quedara cimentado para siempre…(Proverbios 10:25)
@sergioborgel
