Familiares y compañeros del estudiante ultimado a comienzos de la presente semana por funcionarios de la Policía Municipal de Iribarren en un suceso confuso ocurrido en el liceo Alirio Ugarte Pelayo, al este de Barquisimeto, salieron este viernes a exigir públicamente justicia.
En relación al caso, voceros de ese organismo policial calificaron el mismo como un enfrentamiento entre los uniformados y jóvenes armados, versión rechazada de plano por familiares y compañeros de estudio.
Portando pancartas salieron a primera hora de la mañana a la avenida Libertador, cruce con Argimiro Bracamonte, rechazando el supuesto enfrentamento y pidiendo una investigación objetiva para aclarar la realidad de lo ocurrido, lo que califican como un crimen.
María Parra, progenitora del joven de 17 años ultimado, formaba parte de la manifestación y enfatizó que su hijo no era ningún malandro ni andaba armado, como dijeron en la Policía Municipal.
Explicó que el muchacho colaboraba con ella y antes de trasladarse al liceo en la mañana le llevaba un recipiente con las arepas que vendía en las inmediaciones del Hospital Militar, en El Ujano.
“Mi hijo no tenía malas costumbres pues recibía buena educación y consejos y yo siempre le decía que debía estudiar para superarse y por eso estaba interesado en sacar su bachillerato”, manifestó.
La misma opinión emitió una tía que, junto a otros familiares, participaban en la manifestación consistente en el cierre de la importante vía ciudadana.
Los jóvenes mantuvieron el cierre durante unos cuantos minutos hasta la llegada de uniformados de la Guardia Nacional y la policía, optando por retirarse hasta trasladarse a las inmediaciones del colegio Independencia, siempre coreando consignas en las que exigían justicia.
Entre los liceistas participantes en la acción había algunos que dijeron haber sido testigos de lo ocurrido y rechazaron tajantemente la versión del enfrentamiento divulgada desde la Policía Municipal de Iribarren.
Dijeron que el joven andaba en compañía de cinco compañeras y al ver a los policías corrieron hacia el interior del liceo, pero, supuestamente, los uniformados ingresaron disparando y uno de los proyectiles lo alcanzó.
María Parra, así como los compañeros del infortunado, informaron haber recogido más de cien firmas de personas que aseguran haberlo conocido como un estudiante tranquilo, además de negar la existencia de alguien armado en el liceo y por ende el enfrentamiento esgrimido por los autores del crimen.
Insistió llorosa en que el caso debe ser investigado con objetividad y que se castigue a quienes le quitaron la vida a su hijo sin ninguna justificación.
“Eso fue un asesinato que no puede quedar impune porque no mataron a un perro sino a un joven que apenas estaba comenzando a vivir”, insistió María Parra.
Fotos: Daniel Arrieta
