Transcurre la primera quincena de este 2015 y el escenario donde la protagonista es la escasez continúa. Lo más alarmante, es que las maratónicas colas reportadas los últimos días, ratifican la opinión de quienes consideran que el país en vez de mejorar, empeora cada día más.
Este viernes, no fue la excepción. Colas multitudinarias se observaron en diferentes puntos de la ciudad, en la titánica búsqueda de pañales para niños y adultos, jabón en polvo y harina de maíz precocida.
Caos por pañales
Desde tempranas horas de la mañana, en las diversas sedes de una conocida franquicia de farmacias, ubicadas dentro de los centro comerciales al este de la ciudad, el caos y el desorden hicieron de las suyas entre los presentes que deseaban adquirir pañales. Los ánimos se caldearon a tal punto que la guardia nacional tuvo que intervenir para restablecer el orden en el lugar. Asimismo, ayudaron a agilizar y controlar el ingreso al establecimiento.
“La mayoría de los que estamos aquí madrugamos para optar por buen puesto dentro de las colas, por lo cual no es justo que aparezcan de la nada otras personas con las intenciones de colearse y de una manera tan descarada. Ellos son los que propician los conflictos”.
“Estamos seguros que solo una pequeña porción de los asistentes son padres y representantes, los demás son bachaqueros, eso se les nota a leguas, más aún cuando uno ve que hacen varias veces la cola para comprar pañales. No saben el daño tan grande que le hacen a quienes de verdad estamos necesitados”.
“En los comercios se acabó la atención preferencial, anteriormente eran prioridad las mujeres embarazadas o con niños pequeños, al igual que los adultos mayores, ahora ya no queda nada de eso. No hay respeto por nadie. Aquí predomina la ley de la supervivencia o la del más vivo” .
“Es inevitable que no se forme el caos, todos quieren comprar a la vez y no hay quien ponga orden. Después que se forman los problemas es que llegan los funcionarios de seguridad. Ya lamentablemente nos estamos acostumbrando a ver la misma película de terror en casi todos los establecimientos de la ciudad”.
Las expresiones antes mencionadas, corresponden a los usuarios que se sintieron indignados por perder casi un día entero tratando de adquirir sus productos.
El Vía Crucis por el jabón
“Si hay algo importante en mi hogar es nuestra higiene y el cuidado de nuestra ropa, por ello, hago con mucho dolor esta cola para comprar el jabón en polvo. A pesar de que el sol está inclemente y que mis piernas muchas veces pretenden tirar la toalla, yo sigo en la lucha.Lamentablemente no soy de las personas que favorecen a los bachaqueros y usureros, prefiero pasar por este Vía Crucis que pagar más dinero de lo debido”, expresó una de las consumidoras, Yolianny Angulo (65), quien se encontraba desde las 4:00 am en las afueras de un supermercado ubicado en la avenida Libertador al lado del Complejo Ferial Bicentenario.
Cabe destacar, que el modo en que opera este comercio para vender los productos regulados es rechazado por los consumidores.
Manifestaron que deben hacer largas colas en la parte exterior del establecimiento y esperar pacientemente hasta que salga uno de sus empleados y les otorgue un número con el cual podrán ingresar.
Sin embargo, muchas veces las cantidades de los artículos disponibles no son suficientes para cubrir la demanda de los consumidores. Esto indiscutiblemente ha incidido en la decisión de los usuarios de pernoctar en las calles para quedar entre los primeros lugares de la cola, exponiéndose a diversos peligros.
“No estamos negados a hacer una formación y llevar un orden para entrar al supermercado, pero hay que reconocer que las condiciones en que toca hacerla son lamentables. Antes permitían que la cola se hiciera adentro, donde se encuentra la puerta principal. Ahora, debemos permanecer afuera pasando diversas penurias durantes horas, aunado a ello, puestos a la orden de los antisociales que no escatiman ni la hora ni el lugar para hacer lo propio”, dijo Miguel Luzardo (58), usuario con más de seis horas de pie haciendo la cola.
Buscan el pan de cada día
En el centro de la ciudad, personas de todas las edades formaban una inmensa cola con la esperanza de comprar al menos dos kilos de harina precocida entre otros alimentos. La mayoría de los presentes llegaron entre las 3:00 y 5:00 am, por considerarlas horas idóneas para lograr con éxito su objetivo, hacer sus compras. No obstante, expresaron su molestia e indignación por el hecho de tener que exponer sus vidas desde tempranas horas de la mañana para comprar alimentos.
¿Hasta dónde va a llegar esta caótica situación?, se cuestionó Florencia Cañizales (49). Aseguró que cada día aumenta el número de personas en las calles haciendo colas para comprar alimentos. “Adonde quiera que uno vaya es la misma situación, colas, colas y más colas; tanto en los grandes establecimientos como en los pequeños. Me preocupa muchísimo que llegue un momento en que los venezolanos no tengamos absolutamente nada que comer y que los ciudadanos se maten los unos a los otros por algún alimento”, comentó.
Por su parte, William Linárez (68), agregó: “Es lamentable ver cómo tanta gente joven pierde casi todo un día en estas colas. Eso refleja que una gran parte de la población juvenil en el estado Lara se encuentra desempleada o sin estudios. De igual forma, es indignante ver cómo algunas personas logran entrar y comprar, para luego salir acá y revenderla a precios exorbitantes a quien permanecemos en las colas. Más grave aún es que no haya nadie que pueda contrarrestar esta situación”.
Ventas limitadas
En los establecimientos visitados, además de tener que llevar las cantidades de los productos determinadas por el propietario, también limitan la frecuencia de las compras.
Al momento de adquirir los artículos, las personas quedan registradas en las bases de datos por su número de cédula. De esta manera, el comerciante llevará un control de las fechas y los productos que usted compró. Cabe destacar, que podrán adquirir los artículos regulados una vez por semana, es decir, cada siete díaz. Según el criterio de algunos dueños de comercios, con esta medida pretenden evitar que las personas compren los mismos productos en varias oportunidades con fines de revenderlos. Sin embargo, esta acción no es aceptada totalmente por los usuarios, ya que algunos alegan que tienen familias numerosas y por lo tanto no pueden esperar los plazos establecidos para volver a comprar.
