Pensar – Política virtual (1/2)

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La evolución de la sociedad moderna ha tendido a magnificar la vida privada en detrimento de la pública, de la política colectiva y de la democracia. Puede parecer una paradoja, pero la misma modernidad que edificó la democracia, la está banalizando o debilitando a medida que desvía los esfuerzos e intereses de los ciudadanos hacia lo privado. (Gonçal Mayos. 2009. 54)
Ese proceso comporta muchas consecuencias y problemas. En el proyecto del Estado del bienestar, la política había alcanzado una relativa autonomía, en virtud de la intervención política en los asuntos del mercado, frente al sistema técnico y económico. Ahora, en cambio, el sistema político está ante la amenaza de ser desposeído de su constitución democrática. Las instituciones políticas se convierten en asunto de un desarrollo que ni han planificado ni pueden reorientar, y del que sin embargo, en cierto modo, han de responder (Ulrich Beck. 2006. 241).
Bettina Martino (2001), se refiere a la massmediatización de la política. Este fenómeno ha sido descripto, en general, como la adecuación de esta última (sus tiempos, espacios, escenarios, lenguaje, etc.) a la lógica de los medios de comunicación. Hoy es común escuchas términos como: “democracia mediática», «democracia de audiencias», «democracia de públicos», «democracia sin público», «democracia espectáculo», «videocracia», «democracia televisiva»; «cyberdemocracia», «democracia electrónica», «teledemocracia», entre otros.
La autora ve positivo la posibilidad de la democracia electrónica, como una  solución posible a los problemas de la escasa participación, el acceso a la información, la toma de decisiones políticas guiadas por intereses mezquinos de los representantes, la compatibilización entre una cultura individualista que repliega a los individuos en sus hogares y la posibilidad de estar involucrado en las cuestiones públicas sin necesidad de abandonar la comodidad del hogar, la superación del «ciudadano niño» que requiere que otros tomen decisiones por él, entre otros aspectos.
Pero advierte sobre tres elementos negativos u obstáculo a estas democracias electrónicas: Primero, el mayor acceso a la información no implica, necesariamente, que la democracia se refuerce: más información no se traduce necesariamente en mayor y mejor democracia. Segundo, la participación política electrónica podría empobrecer la calidad de la democracia si se reduce al voto electrónico. La deliberación constituye una dimensión clave de la democracia. Tercero, existen objeciones en cuanto a la fiabilidad. Existen factores aún no controlables en la red, como los virus que podrían «torcer» una voluntad.
Bettina Martino (2001), la posmodernidad llevó al declive de la historia unitaria y progresiva, la pérdida de fundamentos absolutos, la ligazón a un proyecto colectivo, la definición de un sentido único de la existencia del hombre y, fundamentalmente, el fin de los grandes relatos. En el plano de lo político, podemos enmarcar dentro de tal crisis a las categorías de nación y clase. La Nación -y específicamente, la idea de identidad nacional- como elemento de cohesión que genera identidad colectiva y sentido de pertenencia, comenzó a hacer visible sus propias contradicciones internas: la primera, respecto de la posibilidad de que la complejidad social pudiera ser reducida a una sola voluntad colectiva; la segunda, en cuanto a que la representatividad política, siendo un aspecto parcial de la totalidad social, pudiera representar a la sociedad en su conjunto, como un todo unificado.
Por otra parte, la referencia al concepto de Clase, remitía directamente a los actores contenidos en la tradicional distinción dominantes-dominados. Todo conflicto o toda contradicción responderían a una sola lógica: la inherente a la lucha de clases. Hoy, ningún grupo social parece portador de intereses generales; no existe apelación a principios globales de legitimidad; el recurso a la historia se ha debilitado, en tanto ya no creemos en la sucesión de una sola forma histórica sino en la pluralidad de vías de desarrollo. Continuará…
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