Este reconocido pintor es uno de los máximos representantes del paisajismo venezolano, pupilo de esa escuela dirigida por el maestro Rafael Monasterios.
José María Giménez nació el 15 de agosto de 1915 en el caserío de Santa Clara en El Tocuyo, en la vía a Sanare, miembro de una familia humilde pero al que desde muy temprano le trasmitieron el amor al arte,como el mismo lo describiera: “en una choza de bahareque, techo de tamo y piso de tierra”, “la choza estaba ubicada en un cerro estéril, lleno de cardones y cujíes, donde pastaban las cabras que mi abuela heredó de su esposo, con las cuales levantó a su numerosa prole”.
Su madre Hercila Colmenares, artista que acompaño a su padre, el afamado pintor, escultor y tallista Ezequiel Giménez. Che María comienzaa pintar a los 10 años, luego, siendo adolescente, se va a vivir a Quíborcon su tío, Altídoro Giménez, quien era comerciante y músico y quien le enseñó a tocar la mandolina y la guitarra. Allí también tiene la oportunidad de escuchar las melodías de Juan Pablo Ceballos y Pastor Cortez Vásquez.
En Quíbor publicó sus primeros poemas, dedicados a su novia Carolina.
A los veintiún años forma parte de la primera promoción de alumnos que se inscriben en la recién inaugurada (1936) escuela de artes plásticas de Barquisimeto, dirigida por Rafael Monasterios, teniéndolo como docente, así como a Luis Ordazy Eliécer Ugely tuvo como compañeros a Lida Daza, Ana Carlota Carvajal, María Lourdes González, Ramón Díaz Lugo, Arístides Arenas, Félix Hernández, Saúl Crespo, Argenis Madriz, León Levy y Benjamín Osal. A pesar de haber sido becado en la academia, la difícil situación económica hace que el pintor no pueda concluir sus estudios y debe regresar a El Tocuyo, en donde el paisaje natural y la belleza arquitectónica sirven de inspiración, pero la escasa gratificación económica que esta actividad le generaba lo obligó a dedicarse al comercio.
En 1940, se casa con Carolina, una maestra cuyo trabajo los obligó a residenciarse en un caserío limítrofe con Trujillo y quien fue para el pintor un estímulo constante. De este matrimonio nacen 5 hijos: Zorina, Miriam, Altidoro, Lesbia y Freddy.
En estos años hace amistad con Argimiro Gabaldon y con José Díaz “El Gavilán”, luego reconocidos líderes guerrilleros. Con motivo del cuatricentenario de El Tocuyo en 1945, Se organizan una exposición en homenaje a la ciudad, en donde el participa junto a Octavio Alvarado y donde debuta el joven Ángel Hurtado. A partir de este año, Che María ya siendo un pintor conocido, transcurre un periodo relativamente favorable en su ciudad natal, hasta que el terremoto de 1950 destruyera parte de este paisaje arquitectónico, inspirador de muchas de sus obras, lo cual se traduce en un profundo pesar y decaimiento espiritual, del que el artista no escapa, tal como es mismo lo relata en su autobiografía: “Aquella sucesión de acontecimientos adversos torpedearon el rumbo normal de mi vida y me dejaron un trauma psíquico que me afectó por muchos años.
A pesar de que fueron restableciéndose las actividades de la ciudad, yo persistía vagabundeando como sonámbulo por los arrabales y fraternizaba con gente desconocida.Me entregué a la bebida diaria irresponsablemente con el consiguiente sufrimiento de mi familia, sobre todo de mi esposa que asumía los deberes hogareños. Ella soportaba en silencio mi reprochable conducta y trataba de disimular mi consuetudinaria bohemia”. Pero ella lo espero y rescató, para ella, su familia y el mundo artístico. Continuará…
Pedro Rodríguez Rojas-Janette García Yépez
